La familia Kennedy ha marcado la historia de los Estados Unidos. El menor de los hermanos, Edward, falleció hace 10 años de un tumor cerebral, el 25 de agosto de 2009. No llegó a postular a la presidencia de su país -en 1979 perdió las primarias ante Jimmy Carter-, pero se erigió en uno de los bastiones del Partido Demócrata, distinguiéndose como un activo defensor de los derechos civiles. “Ted” será recordado también por haber burlado el abrupto final que tuvieron sus hermanos Joe, John y Robert, y por un accidente automovilístico acontecido en 1969, en el que la joven Mary Jo Kopechne, que lo acompañaba, murió ahogada. Fue senador de Massachusetts desde 1962 hasta su muerte de manera ininterrumpida. Siempre marcó distancia de los “intervencionismos”. Condenó la participación militar de los Estados Unidos en Vietnam y se opuso a la invasión de Irak durante el reinado de George W. Bush. Se atrincheró ideológicamente a la izquierda dentro de los demócratas, y se ganó a pulso el apelativo del “León liberal”. En 1980 decidió abandonar su carrera hacia la presidencia, algo que parecía una especie de maldición para su dinastía, y tomó como bandera la lucha por la salud y la educación en su país.El 8 de agosto de 1961 visitó el Perú y lo hizo “como ciudadano particular”, según declaró a la prensa. Indicó que venía con la intención de conocer la realidad latinoamericana en una gira que lo había llevado por México, Brasil, Argentina y Chile. Según El Comercio, Kennedy señaló que su deseo era contribuir a que la ayuda norteamericana llegara a quienes realmente lo necesitan. Asimismo, dijo que al final de su misión brindaría un informe exhaustivo a su hermano, el presiente John F. Kennedy. Durante su estadía viajó al Callejón de Huaylas y visitó algunas de las “barriadas” de Lima.
Repudiado en Chile y condecorado en Perú “Yo no soy enemigo del pueblo chileno. Soy enemigo de la tortura, de los asesinatos y de los arrestos domiciliarios”, expresó Kennedy al llegar a Santiago el 15 de enero de 1986, como parte de una gira sudamericana. Grupos simpatizantes del régimen militar de Augusto Pinochet bloquearon la entrada al aeropuerto, causaron disturbios y atacaron con piedras y tomates una caravana organizada para saludar al senador norteamericano.Además, una amenaza de bomba obligó a los funcionarios de seguridad de la embajada de Estados Unidos a cerrar las puertas del centro social donde Kennedy se instaló, situado a tres cuadras del Palacio presidencial de La Moneda.Un día después de su accidentado pasó por Chile, Edward Kennedy arribó a Lima y dijo: “Mi familia es amiga de verdad del pueblo peruano”, así lo informó El Comercio en primera plana. Fue condecorado en Palacio de Gobierno con la Orden de El Sol del Perú por el presidente Alan García, quien manifestó que “valoramos y apreciamos su amistad por América Latina y recordando siempre al presidente Kennedy, a su hermano Robert, valorizamos en usted a quien sabe comprender desde los Estados Unidos nuestra lucha por el desarrollo y la justicia”.
Kennedy dijo que “el honor de la distinción es para él muy especial; y la acepto en nombre de los miembros de mi familia que son amigos de verdad del pueblo peruano”. “Mientras haya un Kennedy -tenemos más en casa, también dedicados y devotos del pueblo peruano-, siempre estaremos comprometidos con el Perú en nombre de la democracia”, manifestó el político norteamericano, quien asistió a la Casa de Pizarro junto a sus hermanas Jean y Patricia. En el Festival de Cine de Toronto, en 2017, se estrenó “El escándalo Ted Kennedy” del director John Curran, filme basado en el misterioso accidente automovilístico de Chappaquiddick. Su versión sostenía que al retirarse de una fiesta se equivocó de rumbo y el vehículo cayó al agua. Intentó salvar a su acompañante pero le fue imposible. Sin embargo, Kennedy se demoró más de diez horas en avisar del incidente, lo que ha llevado a sospechar de lo que realmente pasó. Se han mantenido teorías sobre la existencia de otra mujer, que sería su amante, con la que huyó del lugar sin salvar a Mary Jo Kopechne. A diez años de su muerte, no ha podido enterrarse este turbulento evento, y parece que permanecerá ligado a la vida del menor de los Kennedy. Sin embargo, su firmeza en apoyo de las libertades democráticas y en contra de las dictaduras, así como su respaldo a la libre determinación de los pueblos, tampoco dejarán de formar parte de la biografía de Edward Kennedy.