A las 4 de la tarde, apenas 45 minutos después de que el módulo “Águila” pisara la Luna, El Comercio Gráfico salió a las calles para anunciar el mayor hito de la humanidad. “Alunizaron” fue el titular con lo que el vespertino del decano contaba la hazaña que hasta entonces solo se podía imaginar por la fantasía literaria de Julio Verne. Horas después, Neil Armstrong dio sus primeros pasos y se convirtió en leyenda.Los medios televisivos locales como los canales 4 y 5 ofrecían 85 horas de transmisión ininterrumpida del evento. “Recuerdo que el impacto comercial fue tan grande que, en ese tiempo, Moraveco, una fábrica de muchos productos en el Perú, hizo un casco de astronauta que era el juguete de la época, no era barato ya que costaba 350 soles, pero era el juguete que todo niño quería tener”, relata el historiador y profesor de la Universidad de Lima, Juan Luis Orrego.
Tal fue la expectativa que tiendas como Sears vendieron televisores a plazos. Coca Cola auspiciaba las transmisiones de Canal 4 y marcas de televisores como Westinghouse anunciaban la mejor resolución de imagen y sonido. Famosos de la talla del boxeador Mauro Mina ya se imaginaban practicando su deporte favorito en el satélite. “¿No les parece que algún día se concertará una pelea de box en la Luna?”, declaraba para El Comercio Gráfico. La compositora criolla Chabuca Granda pensaba que, si fuera la primera persona en pisar suelo lunar, exclamaría: “¡Dios mío!, ¡Bendito sea Dios!”.“Cuando era niño miraba la Luna y pensaba que allí estaba San Pedro. Ahora miro la Luna y me parece increíble que en pocos días, un hombre estará deslizándose sobre su superficie”, dijo el legendario entrenador de fútbol Marcos Calderón, quien por esos días dirigía al Defensor Arica.Los limeños se las ingeniaron para ver el alunizaje reuniéndose en la casa de un vecino con televisor o arremolinándose frente a las vitrinas de las tiendas comerciales que ofrecían ofertas de estos mágicos aparatos.
Todos pendientes de la TV Aquel domingo 20 de julio de 1969, día de los primeros pasos de Armstrong en la Luna, los peruanos amanecieron ansiosos de noticias. Mientras canal 5 arrancó desde las 9 a.m. con el programa Un día en la Luna, canal 4 lanzó primero Panorama italiano, la Santa Misa, la Matinal de Cachirulo y sus cuatronautas, Simbad y Telehipódromo antes de empezar a hablar del Apolo XI.Sin embargo, el 4 marcó diferencia con sus panelistas. Primero los periodistas Herman Buse de la Guerra, Mario Herrera Gray y Alfonso Baella, pertenecientes a este Diario y luego salió al aire un panel de científicos y sociólogos, entre los que se encontraban Carlos Chiang, jefe de la Estación Terrena de Lurín , Guillermo Garrido Lecca, miembro de la Asociación Aeroespacial y monseñor Luis Bambarén, obispo auxiliar de Lima.
En el instante preciso en que Armstrong dejaba su huella en la superficie lunar, repicaron las campanas en la Catedral de Cusco y, en la sala de parto de la Maternidad de Lima, la señora Zoila Pérez anunciaba que su hijo sería bautizado con un nombre que sonaba a conquistador espacial: Neil.El Perú presente “Una verdadera explosión de alivio y regocijo tuvo lugar en cada casa de Lima, Callao y balnearios”, relataba El Comercio. Mientras en Arequipa, “las sirenas de las fábricas locales se unieron a la algarabía que despertó el magno acontecimiento del siglo”. La celebración se desbordó en Chimbote, adonde llegaron miles de personas de Piura, Lambayeque y Cajamarca por ser un punto estratégico de transmisiones televisivas vía satélite, que podían darse gracias a la nueva Estación Terrena de Lurín, inaugurada 6 días antes.
Una estruendosa ovación en el Estadio Garcilaso del Cusco se dio tras el anuncio por los autoparlantes de la llegada del Módulo Lunar. En Lima, la pelota no se detuvo. Ese mismo día la ‘U’ le ganó 2 a 0 al Porvenir de Miraflores y el Sport Boys goleó 5 a 0 al Defensor en el Estadio Nacional. En los cines limeños se promocionaban películas como “Lo bueno, lo malo y lo feo” con Clint Eastwood, “La furia de los siete magníficos” con George Kennedy y, a pedido del público, se reestrenaba “Las arenas de Iwo Jima” con John Wayne. Se anunciaban además espectáculos como el del Circo Ringlin, el más famoso del mundo y se escuchaban éxitos musicales como “Get back” de The Beatles o “In the ghetto” de Elvis Presley.En los diarios se publicaban avisos curiosos como el del arquitecto Humberto Lay Sun, en la que agradecía al chifa “Yut Kung” por encargarle el diseño y ejecución del decorado de su local; o la información de General Electric, empresa contratista de la NASA para el viaje espacial, que explicaba a El Comercio que todo el sistema electrónico del Módulo Lunar “Águila” y del Apolo 11 tenía tungsteno peruano; podíamos decir, entonces, que algo del Perú había llegado a la Luna.