Un pequeño búnker situado en Vuren, Holanda, fue convertido por el estudio de arquitectura B-ILD Architects en un refugio vacacional para alojar a dos familias y pasen un momento divertido.
El lugar, que cuenta con solo 11,4 metros de superficie, sufrió una serie de remodelaciones para poder lucir como ahora. Se tuvo que utilizar mobiliario plegable para aprovechar cada uno de los espacios. Las camas y los sillones se deslizan y se guardan para optimizar el área.
B-ILD Architects tomaron como inspiración la Cabaña de vacaciones de Le Corbusier para poder transformar este búnker holandés.