Canadá se retiró el lunes del Protocolo de Kioto contra el cambio climático, al decir que el acuerdo no ayudará a resolver la crisis climática. Este es un duro golpe para el tratado contra el calentamiento global, al que no ha renunciado formalmente ningún otro país.
Peter Kent, ministro del Ambiente, dijo que Canadá se apegó a su derecho legal de retirarse, pues considera que ese protocolo no representa el camino a seguir para Canadá ni para el mundo.
El gobierno canadiense dijo el año pasado que no aceptaría nuevos compromisos vinculados con el tratado de Kioto, acción que fue secundada por Japón y Rusia, pero su renuncia al protocolo es otro revés para el pacto.
El protocolo, inicialmente adoptado en Kioto, Japón, en 1997, busca combatir el calentamiento global. El anterior gobierno liberal de Canadá sí se apegó a él, pero el gobierno conservador del primer ministro Stephen Harper nunca lo aceptó.
El Protocolo de Kioto no incluye a los dos mayores emisores (de gases de efecto invernadero) del mundo, Estados Unidos y China, y por lo tanto no puede funcionar, dijo Kent.
Ahora está claro que Kioto no es el camino a seguir para una solución global al cambio climático. Más bien es un impedimento, agregó.
Kent hizo el anuncio al día siguiente de que concluyeran unas maratónicas conversaciones sobre el clima en el puerto sudafricano de Durbán.
Allí, los negociadores de casi 200 países llegaron a un acuerdo que coloca al mundo rumbo a un nuevo tratado climático en el 2015 que reemplace al de Kioto, el cual expira a fines del año próximo.