El enigma de la incapacidad de los pingüinos para alzar el vuelo puede estar finalmente resuelto.
Los investigadores creen que la destreza bajo el agua de estas aves les puede haber costado su capacidad de volar.
Al observar algunas aves marinas estrechamente relacionadas con el pingüino, los científicos confirmaron que las alas que son buenas para el vuelo no pueden serlo también para el buceo y la natación.
El estudio fue publicado en las Actas de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos.
El profesor John Speakman, de la Universidad de Aberdeen y de la Academia China de Ciencias, dijo que al igual que muchas personas, siempre había estado interesado en los pingüinos. Al verlos hacer esas marchas fenomenales sobre el hielo, a menudo me he preguntado: ¿Por qué no volarán?.
ALAS CORTAS Y GRUESAS Desde hace tiempo, se ha especulado con varias teorías para intentar responder a la pregunta.
Una idea es que ciertas especies dejaron de volar debido a la escasez de depredadores en suelo.
Otra aplaudida teoría es una hipótesis biomecánica. Cuando el ave vuela y bucea tiene que utilizar sus alas para hacer dos funciones diferentes. La hipótesis biomecánica dice que no se puede construir alas que sean buenas para hacer las dos cosas, explicó el profesor Speakman.
Para investigarlo, el equipo estudió a un pariente cercano de los pingüinos: el arao.
Esta ave marina negra y blanca no sólo se parece mucho a un pingüino, sino que además puede nadar casi tan bien. Pero, a diferencia del pingüino, el arao levanta el vuelo.
Los investigadores analizaron la cantidad de energía que el ave empleaba en cada momento.
Y descubrieron que podía bucear con relativa facilidad, pero que el vuelo era mucho más agotador para el arao.
Speakman apuntó que los costos de energía eran muy altos. Estas aves tienen las alas muy cortas y tienen que batirlas a una velocidad increíble para permanecer en el aire. Para ellos, es extenuante, señaló.
Los investigadores creen que el arao, que utiliza tanta energía, es apenas capaz de mantenerse en el aire.
Esta especie representó un punto de inflexión entre las aves marinas que son capaces tanto de volar como de nadar, y las que no pueden volar.
DILEMA EVOLUTIVO En el pasado, según los investigadores, el pingüino se habría enfrentado a un dilema evolutivo entre permanecer en el aire o perfeccionar su agilidad entre las olas.
Básicamente, la hipótesis radica en que a medida que las alas se volvieron cada vez más eficientes para el buceo, disminuyó proporcionalmente su capacidad de volar, explicó Speakman.
En algún momento, levantar el vuelo resultó tan caro, que fue mejor renunciar a volar todos a la vez y convertir las alas en pequeñas aletas, concluyó el profesor, quien aseguró que era un orgullo participar en el grupo de personas que han resuelto el misterio.