Pese al 7-1 ante Alemania, la selección de Brasil podría no haber tocado fondo y ahora teme las eliminatorias para clasificar a Rusia 2018 tras una Copa América en la que quedó claro que el proceso de reconstrucción será largo.
“Van a ser una de las más difíciles de todos los tiempos”, dijo el defensa Thiago Silva sobre la eliminatoria sudamericana, que comenzará en octubre y que el 25 de julio conocerá su calendario.
Brasil no la tuvo que jugar por ser el anfitrión de 2014, por lo que la Copa América de Chile, de la que se despidió el sábado en cuartos de final ante Paraguay por penales, sirvió de recordatorio de lo que le espera: mucho sufrimiento por el descenso del “futebol” y el ascenso de otros países.
“Fue una óptima lección para las eliminatorias, que es nuestro principal desafío”, dijo Dunga la noche del sábado en Concepción, donde Brasil sufrió un nuevo golpe mientras aún se tambaleaba por el 7-1 de hace casi un año.
“Pocos jugadores habían disputado la Copa y las eliminatorias. Ya saben lo que se van a encontrar. Nos falta experiencia, por eso este torneo era importante para ir ambientándose cómo se juegan las eliminatorias”, afirmó el seleccionador, que repitió durante todo el torneo que Sudamérica no es Europa.
“Le pregunté por un par de situaciones y él me decía que esto era América y se jugaba así”, reveló el astro argentino Lionel Messi lo que le dijo el árbitro del duelo ante Colombia. El juez verbalizó así lo que se ha visto durante el torneo: juego fuerte, marca dura, espacios cerrados y mucha igualdad.
Las eliminatorias para Rusia darán cuatro plazas directas y el quinto irá al repechaje. Brasil, aún en construcción, se medirá con la Argentina de Messi subcampeona del mundo, con la emergente Colombia de James Rodríguez, con la mejor generación del fútbol de Chile, con la siempre rocosa Uruguay y con equipos al alza como Paraguay, Perú y Venezuela. Sólo Ecuador y Bolivia parecen por debajo del resto.
Pese a la eliminación, la CBF (Confederación Brasileña de Fútbol), sacudida por acusaciones de corrupción, respalda a Dunga, que en Chile mostró una imagen paternal y serena, más psicólogo que transmite confianza que experto táctico.
El veterano Dani Alves siguió la línea de la CBF. “Es un equipo de transición, superjoven”, dijo tras caer ante Paraguay. “Hay que sacar conclusiones positivas, no se puede desestabilizar por una derrota si se quiere construir un gran equipo, un gran grupo”, pidió paciencia con Dunga.
No todos están de acuerdo. “La hora de comenzar un trabajo con una filosofía nueva debería ser ya, antes del inicio de las eliminatorias”, pidió hoy el diario “Lance!”, que consideró el nombramiento de Dunga en su momento como “una precipitación absurda”.
“Caer ante Paraguay es sólo una demostración de nuestra carencia y de cuánto hay que hacer para recuperar el fútbol brasileño”, opinó el analista Juca Kfouri en “Folha de Sao Paulo”.
“Ser eliminado otra vez en los penales no puede esconder la realidad: faltan jugadores, equipo, entrenador y sobra incompetencia en la dirección”, agregó.
Dunga sabe mejor que nadie el mal momento que vive el “futebol”. “Otras selecciones mejoraron bastante. Debemos tener humildad, remangarnos, trabajar mucho para que haya un nuevo concepto de fútbol en Brasil”, afirmó el sábado.
“Hay que dejar de pensar que alguien hace dos partidos y ya es un crack, el mejor del mundo. Hay que ser más objetivos en los análisis”, dijo sobre un proceso que va más allá de sus funciones con el equipo y que tiene que ver también con un campeonato local en crisis, con clubes endeudados que venden a promesas que nunca llegan a hacerse realidad.
Dunga cree, sin embargo, en el equipo. Considera que el pentacampeón del mundo mejorará con el trabajo, conforme gane experiencia y cuando pueda agregar a hombres como Danilo, Luiz Gustavo y Oscar, ausencias en la Copa América.
Y también al astro Neymar, que sólo disputó dos partidos en Chile y del que el equipo, carente de estrellas, depende para la creatividad y el gol. El jugador del Barcelona arrastrará la sanción de la Copa y se perderá los dos primeros duelos rumbo a Rusia 2018.
En octubre comenzarán dos años de eliminatorias duros para Brasil. En medio del proceso, la sub 23 buscará dentro de un año en los Juegos de Río el esquivo oro olímpico. En 2017 por primera vez no acudirá a la Copa Confederaciones, que se juega en Rusia. El único objetivo ahora es ver Moscú en 2018.