1. EL GOL INCREÍBLE DE CUETO
Todos deben recordarlo. Fue el 28 de agosto de 1977 y Alianza Lima, que era dirigido por Mario ‘La Foca’ Gonzales, que se enfrentó a Cristal en el Estadio Nacional. Esa día, fue la tarde del gol de media cancha de César Cueto a Ramón Quiroga. Alianza terminó imponiéndose 3-2 en un partidazo que lo disfrutaron todos los asistentes. Por los aliancistas marcaron, además, José Velásquez y Fredy Ravello. Cachito Ramírez y un autogol de ‘Guyo’ Ramírez macaron los goles del descuento rimense. Jaime Duarte, compadre de Cueto, compañero en Alianza y la selección por espacio de 10 años y, además, compartiendo con él la misma habitación en cuanta concentración dentro y fuera del país, cuenta que Cueto era poco expresivo en celebrar o detallar un gol suyo. Ni siquiera ese de media cancha. Sí, le contó en forma privada que Quiroga le tenía un temor increíble hasta en los partidos de práctica con la selección. “No me quise hacer el vivo, me di cuenta de todo y por eso no tuve necesidad siquiera de levantar la vista; a Ramón ya lo había notado siempre adelantado y entonces saqué ese patadón bombeado”. Al año siguiente Alianza ya con Juan E. Hohberg de técnico goleó a Cristal 4-0. Cueto volvió a marcarle a Quiroga, esta vez un gol de tiro libre desde 35 metros. “Lo curioso, cuenta Duarte, que la pelota se la clavó justo en el palo donde estaba parado Ramón. Sin duda, lo tenía pisado”.
2. UN EMPATE ERA SUFICIENTE
A Cristal lo dirigía Juan Carlos Oblitas y al Alianza Lima, Julio César Uribe. Ese año de 1995 a los rimenses les bastaba un empate para coronarse campeones. En esa la semana previa Julio César proclamó a todos los vientos que Cristal de ninguna manera iba a dar la vuelta olímpica a costillas del equipo victoriano. Y como que la cosa al término del primer tiempo le salía redonda: Alianza ganaba fácil 2-0. Julio César elegantemente vestido muy tranquilo y con la felicidad a flor de piel la pasaba de maravillas. Justo sobre el minuto final del primer tiempo Julinho descontó tras una grosera falla defensiva blanquiazul. Y en el complemento el paraguayo Pedro Garay terminó anotando el empate definitivo del 2-2. Oblitas hasta hoy recuerda la cara con que se fue el popular Julio César a los camarines. “Pero que sus declaraciones previas nos presionaron, no tuvo el mínimo error”, contó.
3. “DÉJAME JUGAR, POR FAVOR”.
Pedrito Ruiz, el hábil interior huaralino, formó parte los años 83-84 en las filas de Sporting Cristal. Jugando contra los aliancistas tuvo una tarde en el Estadio Nacional la marcación implacable de José Velásquez. Prácticamente no lo dejó jugar, lo anticipaba siempre. Y fue tan preciso que el escurridizo Pedrito no hacía una. José contó que en uno de los pasajes del partido Pedrito le suplicó que por favor lo dejara ‘hacer algo’. “José me tienes jodido” alcanzó a decirle. El huaralino pensó, seguramente, que el fornido mediocampista aliancista le iba a dejar hacer una, pero obtuvo como respuesta lo siguiente: “Juega nomás c…” y siguió marcándolo pero siempre a la pelota. Alianza ganó, finalmente 2-1 y el gol de Cristal lo terminó anotando Pedrito. ¿Cómo? De tiro libre y sin que José, por supuesto, lo marcara. Para el recuerdo.
4. “ANTE ALIANZA, SÍ JUEGO”
Héctor Chumpitaz, capitán de Sporting Cristal, dejó de asistir al Mundial del 82 por una doble lesión al Tendón de Aquiles. Transcurría el año 1981. La primera se la produjo José ‘Camote’ Vásquez en un partido Cristal-Bolognesi. La segunda se la hizo él solo cuando ya recuperado pisó mal durante un entrenamiento de la selección en El Bosque. Después de 17 meses de rehabilitación le tocó reaparecer. Cuenta Héctor que para esas fechas al Nacional asistían no más de cinco mil aficionados. Y justo a Cristal le tocaba enfrentar a un equipo chico. “Yo me negué a jugar en esa reaparición porque con este tipo de rivales tienes mucho que perder y poco qué ganar. Te vienen con todo, te cabecean sobre el piso y mil detalles”, recuerda hoy. Y el siguiente partido era contra Alianza Lima que venía embalado. Nadie podía pararlo. “Ese partido no podía perdérmelo y ante 30 mil hinchas que fueron a ver cómo me iba tras esta dilatada ausencia le empatamos a los aliancistas 0-0. Es una anécdota que recuerdo con preciado orgullo: no perdimos, frenamos a los aliancistas y, encima, para felicidad, no sentí molestia alguna en todo el partido”.