WALTER DE LA TORRE
Desde que organizó la Copa del Mundo en 1994 con la idea de popularizar el fútbol en su territorio, Estados Unidos intuye que cada triunfo sirve para robustecer ese propósito. Sea en las Eliminatorias de la Concacaf, en la Copa de Oro o en un Mundial.
Si a eso le sumamos el rigor alemán que ha logrado plasmar Klinsmann en este grupo, entenderemos por qué su equipo nunca renuncia a la victoria. Sucedió en el debut ante Ghana, en un partido de ida y vuelta, trepidante de inicio de fin, en el que los norteamericanos golpearon en los momentos decisivos: a los 29 segundos de juego y a los 86', dos minutos después del empate africano. Y lo hicieron con el fútbol práctico y eficiente que suelen mostrar en los mundiales, apelando al orden colectivo y al equilibrio táctico.
Pueden empatar, como sucedió con Portugal (2-2) o perder, como les ocurrió ante Alemania (0-1), pero siempre convencidos de que el resultado favorable es posible aún en la adversidad. Klinsmann ha potenciado esa fortaleza. Se puso el buzo de DT en 2011, y tras un inicio poco afortunado durante ese año, cerró el 2012 con ocho victorias, dos empates y dos derrotas, igualando el récord de la historia moderna del fútbol estadounidense. La cereza sobre el pastel fue la Copa de Oro de 2013, título obtenido luego de vencer a Panamá 1-0 en la final.
En la recta final hacia Brasil 2014, Estados Unidos selló su clasificación con un categórico 2-0 ante México, mostrando las mismas credenciales de equipo compacto con la pelota en los pies y solidario al momento de defender. Salvo las de la bandera, este no es un plantel de estrellas. Vale 75,3 millones de dólares, y es homogéneo línea por línea hasta en la distribución de esa cifra, según la revista Semana Económica.
Y si el liderazgo de Klinsmann es notorio al borde del campo, el mando dentro de él recae en el capitán Clint Dempsey, caudillo natural del equipo tras la ausencia del histórico Landon Donovan. Dempsey ha anotado 38 goles en 101 juegos con su selección, y lleva dos en este Mundial. El ex Tottenham celebró ante Ghana y luego ante Portugal.
No obstante, la estructura central del once la inicia el portero Tim Howard, sólido bajo los tres palos, aunque con 4 goles encajados en tres partidos. Omar González y Matt Besler son los centrales, zagueros de buen juego aéreo y prolijos en salida, pero con limitaciones en el mano a mano. DaMarcus Beasley es otro de los experimentados que aporta potencia por la banda izquierda. A él se suman Jeremy Jones (autor del primer gol ante Portugal) y Michael Bradley en la primera línea de volantes, bisagras del equipo y ejes del juego colectivo tanto en la marca como en el primer toque hacia el arco rival.
Hoy la buena noticia en el equipo de 'las barras y las estrellas' es la recuperación del atacante Jozy Altidore, lesionado en el estreno ante Ghana. En los últimos dos partidos, Klinsmann planteó un once titular con cinco volantes y Dempsey como único punta, esquema que podría modificar para volver al 4-4-2 si contempla el retorno de Altidore ante Bélgica.
El “sueño americano” del DT alemán es tentar la final del 13 de julio en el Maracaná, y Bélgica asoma hoy como el primer gran obstáculo. “Nos hemos preparado para esto durante años”, ha dicho el ex futbolista. Este será el sexto duelo mundialista entre ambas selecciones, con cuatro victorias para los europeos, un empate y apenas un triunfo para los americanos: el 3-0 de 1930, el único resultado en la cabeza de Klinsmann.