Francisco Carrión / Corresponsal El CairoEl futbolista nacional Cristian Benavente habló sobre su sonado pase al fútbol de Egipto. Pese a que el traspaso quizás le quite chances en la selección peruana, dijo que significa un gran salto en el tema económico.
—¿Cómo ha sido tu llegada?
Firmé el contrato el 22 de enero y el 23 ya estaba aquí. Todo ha sido muy rápido. Estoy contento. Al equipo técnico ahora lo entiendo. Ramón Díaz es argentino y es un punto a favor. Poco a poco me voy acoplando al país y a la nueva cultura.
—¿Cómo surgió esta oportunidad?
En menos de 24 horas. Surgió la opción en una noche y al día siguiente tuve la propuesta encima de la mesa. Económicamente era bastante buena, mucho mejor que lo que tenía en Bélgica. Mi intención no era venir, mi idea era seguir en algún club por allá porque las propuestas que tenía eran de Bélgica. Poniendo los pros y los contras, decidí venir aquí.
—¿Por qué preferiste venir a Egipto?
En el Charleroi estábamos peleando por entrar el play-off 1, el del título. Y realmente no veía que fuera a dar un gran salto deportivo pasar a otro equipo belga. En este caso fue un gran salto económico.
—¿Cuál es la impresión que te produce tu nuevo club?
No lleva ni un año. Estoy sorprendido porque para el poco tiempo que lleva tiene buenos jugadores. El equipo, además, está bien posicionado en la tabla detrás de los dos históricos de este país [Al Ahli y Zamalek]. Estoy sorprendido para bien.
—¿Cuáles son las características de la Liga egipcia?
Son jugadores que físicamente están bien preparados. No paran de correr. Creo que es algo común en todos los jugadores africanos. Aguantan todo el partido. En ese sentido, es duro porque tienes enfrente a un equipo que no para de correr, mete y defiende. Y si están organizados, que es entre comillas lo más fácil, a la hora de atacar no resulta sencillo para un equipo como el nuestro que siempre maneja el balón. Pensaba que el nivel era un poco más bajo.
—¿Cómo es la relación en el vestuario?
Hay un par de jugadores con los que hablo en español. Uno es de Ecuador y otro de Brasil. Y luego muchos hablan inglés. Hay comunicación y es más fácil adaptarse.
—Llegas de la Liga belga. ¿Qué diferencias encuentras con ese torneo?
La principal son los campos. Allí [Bélgica] están más preparados y tienen más recursos. Yo vengo del Perú. Allá con tener dos porterías y una pelota todo sirve como campo. Para mí, no es ningún problema porque me adapto a todo. Deportivamente, hay equipos que son mucho más ofensivos, que intentan jugar y tener la pelota. Otros se agrupan atrás y tienen dos o tres jugadores arriba muy rápidos, casi siempre africanos. Y a eso es a lo que juegan.
—¿Cómo es el proceso de adaptación al club y a la ciudad?
No es fácil porque es una cultura distinta. Además del clima o la comida, pero me está yendo bastante bien. Siempre intento estar acompañado aquí, ya sea por mis padres o por algún amigo que viene. Para llevar menos de dos meses, estoy contento.
—¿Cómo transcurre tu día a día aquí?
Eso sí es distinto. Los entrenamientos son a las cuatro de la tarde. Para mí es tarde. Yo preferiría entrenar a las nueve o diez de la mañana. En general todo se hace más tarde. Viven más nocturnamente que nosotros. Es algo a lo que me tengo que acomodar. Los entrenamientos son muy parecidos. La idea que tiene el club es jugar al fútbol.
—¿Estás entonces contento?
Lo estoy. No es fácil acomodarse porque en Bélgica llevaba ya tres años. Pero allá al principio me costó también. Todo tiene su proceso.
—¿Cuál es tu objetivo en el Pyramids?
Es siempre el mismo: mejorar, jugar, estar contento con lo que hago y superarme. Debe ser aquí porque estoy aquí ahora. Esté en un sitio u otro, esa ha sido siempre mi mentalidad.
—En la clasificación el equipo está tercero, muy cerca de Al Ahli y Zamalek. ¿Es posible conseguir el título esta temporada?
Lo veo complicado porque son equipos que nunca pierden puntos. Nosotros deberíamos ganarlo todo y no fallar nada. En cualquier caso, mientras sea posible hay que intentarlo.
—La Liga egipcia tiene la particularidad de que se juega a puerta cerrada desde el 2012 tras la tragedia del estadio de Port Said, en la que murieron 72 aficionados. ¿Cómo vive un jugador no contar con público?
Eso ha sido un poco extraño. Siempre estaba acostumbrado a estar con público animando. Es un poco extraño porque tienes la sensación de estar en un entrenamiento. Pero en el momento que juegas te olvidas un poco y te concentras en lo que es jugar.