Serán dos semanas alejado de su familia, pero son días cuando más cerca siente a su pequeño hijo. Lalo Burga debutó como padre hace un mes y ahora va por otro estreno en el Dakar. El motociclista peruano quiere dejar una huella por donde su primogénito pueda caminar en el futuro. Quiere ser un ejemplo de esfuerzo y perseverancia.
“Llevo el nombre de mi hijo ploteado en la moto, y la foto de mi familia debajo del ‘road book’ para verlos todo el tiempo. Corro por mi hijo, para que sea una lección para él en el futuro”, cuenta Burga con la misma emoción de un niño con juguete nuevo.
Lalo disfrutó los últimos días junto a Mateo Alonso, de un mes de nacido, antes de sumarse a la competencia; exprimió las horas y se divirtió cada segundo viendo a su primogénito. Esas imágenes son las que lleva presente en todas las rutas dakarianas.
“Luego de partir, mi objetivo es divertirme y terminarlo. Ir por posiciones no tiene sentido. Estoy dispuesto a dar el 120% para ir, regresar y poder ver a mi hijo”, se motiva Lalo. En casa lo esperan y él quiere regresar con el objetivo cumplido.
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BUENOS MAESTROS
Desde que empezó esta aventura para ir al Dakar, Lalo ha recibido la ayuda de dos conocedores de este famoso rally. “Es una suerte poder tener a Carlo (Vellutino) y a Felipe (Ríos) como amigos y compañeros. Ir con ellos me da mucha tranquilidad”, asegura.
Justamente por todo lo que ha podido conversar con ellos, sabe que lo que viene es más que complicado. Por ello además de emoción también hay un poco de temor en él. “No sé cómo se comportará mi cuerpo al sexto o séptimo día. Máximo he corrido cuatro días, pero estoy preparado y tengo los recursos para salir adelante”, explica.
Lalo Burga, uno de los debutantes peruanos del Dakar, apunta a estar en la llegada. Serán días complicados, pero cada vez que flaquee verá el nombre de su hijo en la moto para recargarse de energía pura para cruzar la meta en Rosario.
6to.puesto ocupó Lalo en la categoría motocicletas en el último Inka Off Road.