Quien esperaba un intercambio de golpes fluido seguramente terminó decepcionado. Decepcionado por el desconocimiento del estilo de cada uno. Pero, en definitiva, era una pelea fácil de predecir desde la táctica: un Mayweather recorriendo cada centímetro del ring y aprovechando su velocidad de esquive para contragolpear contra las combinaciones rápidas de Pacquiao y sus descuidos en defensa. Y se dio así.
Mayweather bailó sobre el ring. Esquivó y golpeó. La velocidad del estadounidense volvió lento a Pacquiao, quien no pudo concretar lo que mejor hace: la combinación de golpes. En dos ocasiones lo intentó, pero Mayweather colocó una muralla delante de su rostro. Y cuando no, esquivó, se escurrió o abrazó.
¿Ganó bien Mayweather? ¿Debió ser empate? ¿Cómo explicar la victoria de Floyd? En el boxeo no solo puntúa los golpes limpios a la cabeza o el cuerpo, los jueces también otorgan puntos por el aspecto defensivo.
En una pelea igualada la eficacia es determinante. El siguiente dato sirve para entender la victoria de ‘Money’: Pacquiao lanzó 429 golpes e impactó a Floyd en 81 ocasiones. Mayweather, en cambio, conectó 148 de los 435 golpes que lanzó. El estadounidense tuvo un 34% de efectividad, contra 19% del filipino.
La batalla de los jabs también la ganó Mayweather. Tiró 267 y conectó 67, con un 25% de efectividad. Pacquiao lanzó menos. En total, 193. ¿Cuántos dieron en a humanidad de Floyd? Apenas 18. Es decir, solo un 9% de efectividad. En los power punches, Mayweather conectó 81 de 168 (48%), mientras que Pacman solo 63 de 236 (27%).
Las cifras son demoledoras. Mayweather pegó más y mejor. En el aspecto defensivo también fue ligeramente superior. Hizo fallar a Pacquiao en 348 golpes, mientras que solo erró en 287 intentos.
Las estadísticas ratifican la victoria de Floyd. Y la decisión de los jueces. Aún sigue siendo el mejor de todos.
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