En 1997 los argentinos conocieron al 'Diablo'. Supieron que era negro y peruano, que tenía buen pie, hacía goles y que era atrevido para pisar la pelota cuando exigía pase, o huacha cuando era urgente una pared. Tiempo después, dos tipos de traje y corbata, hinchas de Belgrano de Córdoba, preguntaron por sus credenciales, su presente, le hicieron una oferta y lo contrataron. Supieron entonces que se llamaba Eddy Carazas, que era un tardío volante con pretensiones de delantero y que había crecido en un barrio de Lima donde es imposible ser un angelito: Santoyo. Ese jugador --ahora de 42 años, de familia numerosa, dientes rotos, pero sonrisa de bebé-- aún recuerda ese partido del 97.
La última vez que dio una nota especial –aunque seguro van a buscarlo de nuevo-, El Comercio le preguntó qué sintió después de ese Perú-Argentina de la Copa América de 1997, el último triunfo peruano oficial ante los albicelestes. La noche en que todos quisimos ser el Diablo. “Quise cambiar la camiseta con un argentino y me mandó recontra lejos. Yo le había ganado. Pero igual no me quedé callado y le menté hasta a la abuelita”, dice.
Resucitó para el fútbol en la Super Liga 7, en febrero último, cuando defendía la camiseta de Los Poetas, un evidente eufemismo para llamar a la César Vallejo en ese torneo. Antes jugó por la 'U', también en ese liga. Dice que cobra poco, pero es suficiente. Su facha de barrio y sus zapatillas viejas son una pantalla: Eddy no malgastó sus pocos ahorros. Si los argentinos de esa selección del 97 quieren buscarlo, un dato: el 'Diablo' tiene casa propia en Surco.
-¿Tienes el video de ese partido?
Debe estar por ahí. Lo que sí guardo son recortes de periódicos, que los veo a veces con mi hijo Eddy. “Papá, tú le hiciste un gol a Argentina”, me decía cuando era niño y se le hace un nudo en la garganta. Y me hace el hombre más feliz del mundo.
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Felicidad. Carazas llegó a esa selección alterna después de un año con la 'U', equipo con el que se dio el lujo de ganarle a Peñarol en el Centenario. Era un tipo difícil: o salía en la página deportiva o lo mencionaban en la de crónica roja. “Pero no me arrepiento de nada, eh. Inventaron mucho. Yo tomo, sí, pero siempre pensé en mis hijos”, le dijo el 2008 a El Comercio, en el recuento doloroso de los daños.
-¿Por qué le ganamos esa tarde a Argentina?
Porque ellos se veían en la semifinal con Brasil, incluso ya habían reservado el hotel. ¿Perú? Patito feo, pues. Eso se notaba en la cancha. Gracias a mi Dios hice un gol, después vino el de Hidalgo, y al final temblaban. Después corrió de todo: patadas, puñetes. Nadie arrugó. Miguelón Miranda, que no solo tiene una 'caraza' sino una manazo, se impuso. A mí se me salió el barrio. Fue lindo.
Se llama Eddy Carazas. Y forma parte de la historia grande del fútbol de este país.
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¿Gritaremos otro gol así? Vargas, Fano y el Perú-Argentina 2008 | VIDEO https://t.co/BzZUI8L6px pic.twitter.com/Xuq12JHSvt— El Comercio (@elcomercio) 29 de septiembre de 2016