DANIEL PEREDO
Sábado 5 de marzo de 1977. Perú debía reconocer el estadio Nacional de Santiago, donde al día siguiente iba a enfrentar a Chile por las Eliminatorias para Argentina 78. El equipo blanquirrojo debía adaptarse al gramado de juego y la iluminación. Los peruanos llegaron como estaba programado, pero se encontraron con la selección local que entrenaba en el horario que correspondía a Perú. El técnico Marcos Calderón, furioso por la situación, ordenó a los jugadores que se metieran a la cancha de forma intempestiva. “Entren carajo, entren, estos chilenos no nos van a bajar la moral”, estalló y fue a encarar al entrenador rival, Caupolicán Peña:
- “Tú no me conoces h..., a mí no me vas a ganar con cojudeces”.
Los chilenos se retiraron y Perú se quedó entrenando.
Al día siguiente, los seleccionados encontraron un ambiente hostil en el estadio. Calderón, celoso de la intimidad del vestuario, era de los técnicos que no dejaban ingresar a nadie. Sin embargo, minutos antes del calentamiento, abrió la puerta ante la sorpresa del plantel. El gesto serio previo a un partido cambió cuando vio ingresar a Arturo “Zambo” Cavero, Óscar Avilés y Augusto Polo Campos, quienes entre uniformes, chimpunes y olor a frotación, cantaron con guitarra y cajón “Contigo Perú”. Un momento que llegó al corazón de los seleccionados que con la camiseta puesta escucharon: “Sobre mi pecho llevo tus colores ”. Perú aguantó un juego durísimo y sobre el final empató 1-1, gol de Muñante, resultado clave para el pasaje al Mundial. Desde entonces, “Contigo Perú” fue el himno de la selección.