El comité de política monetaria del Banco Central decidió ayer unánimente elevar la tasa de interés de referencia a 10,5% al año, como medida para controlar el nivel de inflación que atraviesa el país, pero ha llevado el costo del dinero a su mayor nivel en dos años en un entorno de riesgos de inflación combinados con bajo crecimiento.
Durante la apertura de la sesión de hoy y con la aplicación de la nueva tasa Selic, el real ganaba un 0,12% a 2,3545 unidades por dólar, mientras que el miércoles, el real cerró con una pérdida de un 0,06% a 2,3574 reales.
El Banco Central de Brasil mantiene este agresivo ritmo de endurecimiento monetario desde el miércoles para contener el avance de la inflación y el acelerado aumento de precios para el consumidor. Sin embargo, se sigue bajo la presión de un real más débil y el aumento del gasto fiscal.
ANTECEDENTES
Hasta la semana pasada, los operadores y economistas consultados por Reuters estaban convencidos de que el Banco Central iba a desacelerar el ritmo de alzas de tasas, para evitar que la economía se debilitara. Sin embargo, un sorpresivo aumento de precios en diciembre que llevó la tasa de inflación anualizada a cerca de un 6% planteó dudas en el mercado.
Desde abril pasado, el Banco Central ha subido su tasa Selic en 325 puntos básicos. El agresivo ciclo de ajustes hasta ahora no ha logrado contener la inflación, que se intenta llevar cerca del 4,5%, el centro de su rango de objetivo de precios.
Esta serie de aumentos ha pretendido enfriar el crecimiento del crédito, que alimenta a la inflación. Sin embargo, la potencia carioca corre el riesgo de enfriar aun más su ya tibio crecimiento económico.
VENTAS MINORISTAS
Un día después de la decisión del Banco Central de Brasil, las cifras de ventas minoristas destacan una persistente demanda de los hogares, que elevó los precios al consumidor pese a la desaceleración en la mayor economía de América Latina.
El volumen de ventas minoristas en Brasil creció un 0,7% en noviembre frente a octubre, según el estatal Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), pues la tasa de desempleo tocó un mínimo histórico de un 4,6% en noviembre, lo que condujo al crecimiento más fuerte de ventas de alimentos, vestuario y muebles en cuatro meses. Esto generó una respuesta agresiva de parte del Banco Central.
Se esperaba que las ventas minoristas subieran un 0,4%, según la mediana de las estimaciones de 21 economistas consultados por Reuters, cuyos pronósticos oscilaron desde una caída del 0,4% a un incremento del 1,1%, pero debido a que el mercado laboral de Brasil es una de las pocas áreas de la economía que desafió la baja en el producto interno bruto del tercer trimestre, los resultados cambiaron rotundamente.