El Gobierno de Brasil pretende aprovechar el Foro de Líderes que la Asociación de Transporte Aéreo de América Latina y el Caribe (ALTA) organizará lunes y martes en Brasilia para reunirse con representantes de las aerolíneas de la región, en un intento de atraerlas para que operen en Brasil.
La idea es exponer la política de cielos abiertos, de apertura al capital extranjero y de desregulación del sector que viene promoviendo el presidente brasileño, Jair Bolsonaro, para atraer nuevos operadores, principalmente extranjeros, dijo este domingo el secretario nacional de Aviación del Ministerio da Infraestructura, Ronei Glanzmann, en una rueda de prensa.
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El funcionario explicó que el atractivo mercado de vuelos domésticos en Brasil, que debe llegar a 200 millones de pasajeros este año, es controlado por tres compañías brasileñas, Latam, Gol y Azul, y que el gobierno quiere atraer nuevos competidores para elevar la oferta, reducir las tarifas y mejorar el servicio.
Glanzmann afirmó que, con ese propósito, los representantes del Gobierno de Brasil ya tienen programados encuentros con ejecutivos de empresas como la mexicana Volaris, la chilena Sky y la estadounidense Jetblue, que estarán en la cita.
El foro organizado por la ALTA reúne en Brasilia a directores y ejecutivos de las principales aerolíneas de Latinoamérica, así como a autoridades de la aviación civil de varios países de la región.
Glanzmann dijo que Brasil aprovechará la cita para presentarles el mercado brasileño a las operadoras aéreas y para detallar el proceso de desregulación y desburocratización emprendido por el gobierno de Bolsonaro desde que asumió su mandato, el 1 de enero.
Aseguró que tal proceso permitió que el grupo turístico español Globalia, controlador de Air Europa, recibiera en mayo pasado la licencia para operar vuelos domésticos en Brasil en solo 15 días, mientras que la propia brasileña Azul demoró más de un año en el proceso para obtener la concesión.
Air Europa fue la primera aerolínea con capital 100% extranjero en ser autorizada a realizar vuelos nacionales en Brasil luego de que el Congreso derribara una ley que vetaba esa posibilidad a las compañías extranjeras.
Glanzmann dijo igualmente que el gobierno se reunirá este año con los directores de la estadounidense JetBlue y la irlandesa Ryanair para presentarles las posibilidades de negocios e invitarlas a que operen en Brasil en su modelo de bajo costo y bajas tarifas.
Tales compañías enfrentaban varios problemas para operar en Brasil, como los altos costos de los combustibles y las normas que les prohibían cobrar por el transporte de equipajes, pero el gobierno ya ha atendido algunas de sus reivindicaciones.
Entre las compañías de bajo costo que ya operan en Brasil figuran la argentina Flybondi, que este mes comenzó a ofrecer vuelos entre Buenos Aires y Río de Janeiro.
Flybondi se convirtió así en la tercera compañía aérea del modelo de bajo costo en iniciar operaciones en Brasil.
La primera fue la noruega Norwegian, que desde marzo ofrece vuelos entre Río y Londres, y le siguió la chilena Sky Airlines, con vuelos entre Santiago y tres ciudades de Brasil.
La subsidiaria argentina de la aerolínea JetSmart, controlada por el fondo estadounidense Índigo Partner, comenzará a ofrecer en diciembre vuelos entre Santiago y tres ciudades brasileñas.
Otra compañía de bajo costo con planes para operar en Brasil es Virgin Atlantic, que pretende ofrecer vuelos diarios entre Sao Paulo y Londres a partir de marzo de 2020.
“Queremos traer a Brasil nuevas compañías aéreas independiente de su estilo”, dijo Glanzmann.
“Estamos trabajando primero en atraerlas a rutas internacionales, pero la idea es que extiendan sus operaciones al mercado doméstico brasileño”, dijo.
Agregó que otra preocupación es con los aeropuertos y por eso el Gobierno proseguirá el proceso de concesión de las terminales aéreas a empresas privadas, como ocurrió este año con las de Florianópolis, Porto Alegre, Salvador y Fortaleza.