Chile mantuvo la tasa de interés de referencia sin cambios después de que las mayores protestas en decenios arrastraran la moneda a un mínimo histórico, lo que revivió las preocupaciones por la inflación pese a la contracción de la economía.
La junta del banco, liderada por Mario Marcel, votó por unanimidad el miércoles a favor de mantener los costes de endeudamiento en 1,75%, como anticipaban ocho de los 18 economistas en una encuesta de Bloomberg. Los otros 10 pronosticaron un recorte de un cuarto de punto. Los operadores de swaps contabilizaban menos de un 50% de probabilidad de un recorte de tasas.
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La economía de Chile sufre el impacto de más de seis semanas de revueltas sociales y disturbios, provocados inicialmente por un aumento del precio del metro. Las protestas hundieron el peso en un mínimo histórico, lo que llevó al banco central a prometer operaciones spot y swap de hasta US$20.000 millones para apuntalar la moneda. Un aumento en las expectativas de inflación, así como las opiniones de que la política monetaria ya es expansiva, llevaron al banco central a mantener las tasas.
“Si hubieran reducido las tasas, no habría estado en consonancia con el objetivo de inflación o el estímulo fiscal”, dijo Sebastián Díaz, economista de Pacifico Research. “Una posición más activa no es inminente ni necesaria”.
La decisión sobre la tasa se adelantó respecto a la fecha inicial prevista del 6 de diciembre. Los responsables de política dijeron que querían proporcionar más información sobre la situación económica del país tras semanas de disturbios.
ESTÍMULO FISCAL
El descontento generalizado con el sistema de seguridad social del país resultó en protestas durante las cuales murieron más de 20 personas y otras miles resultaron heridas, incluidos más de 2.000 policías. Inicialmente, el presidente Sebastián Piñera respondió declarando el Estado de emergencia y haciendo un llamamiento al Ejército, antes de dar marcha rápidamente.
Desde entonces, el Gobierno ha introducido una serie de medidas que incluyen propuestas destinadas a aumentar las pensiones y salarios para los más pobres, así como miles de millones de dólares en estímulo fiscal para crear empleos.
“Están preocupados por el tipo de cambio y la medida en que la política fiscal reactivará cierta actividad económica”, dijo Benito Bereber, economista jefe para América Latina de Natixis North America LLC. “Reducir la tasa habría fortalecido la presión de depreciación de la moneda”.
Una caída del 12,3% en el peso en lo que va de año ha elevado las expectativas de los precios al consumidor, al igual que la serie de anuncios sobre nuevos gastos.
COMENTARIOS DE MARCEL
Los comentarios de línea dura de Marcel también habían alimentado las expectativas que el banco mantendría las tasas sin cambios. El viernes, el gobernador dijo que la política monetaria ya era significativamente expansiva y que debía ser coherente con la política cambiaria y tener en cuenta los cambios en la política fiscal.
Los precios al consumidor subieron un 2,5% en los 12 meses hasta octubre. El banco central tiene como objetivo una inflación anual del 3%.
Por otra parte, la actividad económica se desplomó un 5,4% en octubre respecto al mes anterior, la mayor caída mensual desde al menos 1996. Las ventas minoristas en el mismo mes se desplomaron un 12,1% interanual.
A pesar del impacto en el crecimiento, “recortar en esta etapa no habría tenido mucho sentido”, dijo Rafael de la Fuente, economista jefe para América Latina de UBS Group AG. “No se va a lograr un gran impulso de unas condiciones financieras más fáciles y se ejerce una mayor presión sobre la moneda”.