El daño a la economía de China por la guerra comercial con Estados Unidos no puede aliviarse de inmediato, incluso en el caso de una resolución con el presidente Donald Trump, dicen los economistas de Citigroup.
Esto se debe a que la guerra arancelaria está aumentando los costes de mano de obra en China en un momento en que el mercado laboral se encuentra bajo presión, dijeron los economistas de Citi, dirigidos por Liu Li-Gang, en su informe de perspectivas económicas de 2019. Los economistas escribieron que la guerra comercial con Estados Unidos podría reducir el crecimiento de las exportaciones de China en casi la mitad el año próximo, amenazando 4,4 millones de empleos.
“Es una realidad que China está perdiendo parte de su competitividad en costes, especialmente en los sectores de mano de obra intensiva y de bajo valor agregado”, según el informe. “Aunque el cambio de las cadenas de suministro no es factible en tiempo real, los fabricantes podrían considerar seriamente la opción de abandonar China si las tarifas punitivas duran más de lo esperado”.
Incluso en medio de señales de distensión entre Pekín y Washington, el supuesto base de Citi es que se aplicará un arancel adicional del 15% a las exportaciones chinas a partir del 1 de marzo, ya que 90 días pueden resultar insuficientes para resolver “grandes diferencias” entre los dos países en temas de protección de la propiedad intelectual, transferencia de tecnología forzada, apoyo del Gobierno a empresas estatales, e intrusión y robo cibernéticos.
Los economistas esperan que la guerra comercial reduzca el crecimiento de las exportaciones de China en casi la mitad al 5,1% en 2019. Los aranceles del 25% sobre las importaciones procedentes de China por un valor de US$250.000 millones reducirían las exportaciones de China en 5,6 puntos porcentuales.
Más de la mitad de las exportaciones de China a Estados Unidos, equivalentes a alrededor de US$127.100 millones en productos, podrían ser reemplazados por bienes de otros países, lo que se traduce en una reducción equivalente de las exportaciones de China a Estados Unidos, explicó Liu en Hong Kong.
Hay indicios preocupantes, ya visibles, en los principales indicadores del mercado laboral, como el empeoramiento del índice de empleo PMI, el aumento de los solicitantes de prestaciones por desempleo y una disminución en la confianza de los hogares urbanos en cuanto al empleo actual y futuro, dijo Liu.
Sin embargo, respecto al futuro, Liu cree que la guerra comercial ayudará a acelerar el crecimiento y la apertura de la economía y los mercados de capital chinos a largo plazo, a pesar de las dificultades a corto plazo. Liu expuso como ejemplo una reforma del título de arrendamiento de tierras en zonas rurales del país, que se ha vuelto más urgente por la guerra comercial.
“Creemos que esta reforma podría ser la respuesta política más efectiva para mitigar el impacto de la guerra comercial a la economía china, ya que puede generar potencialmente un efecto de riqueza de US$20,6 billones en las familias rurales”, según los economistas. Liu sugirió que el aumento en el consumo rural, particularmente en las compras de automóviles, podría ser más que suficiente para contrarrestar la pérdida de exportaciones a Estados Unidos.