“El dinero es el origen de todos los males, deshazte de él en este tarro”.
Ese mensaje se puede leer en un frasco en un bar de Buenos Aires. Y medio en broma, medio en serio, lo que busca es que los clientes dejen propina.
Es decir, que sean generosos a la hora de gratificar el servicio más allá del precio a modo de premio para los trabajadores.
Las propinas se dan sobre todo en los sectores gastronómicos, hotelería y algunos transportes, entre otras prestaciones.
Y aunque no es obligatoria en la mayoría de los países de América Latina, dejar propina se extiende en casi toda la región.
Pero detrás de la costumbre existe una curiosidad: el origen de la palabra propina.
BEBER
“La palabra propina viene del griego así que no es una palabra española en sí misma y el origen surge de la acción beber que es pino en griego y pro que significa antes”, dice a BBC Mundo la filóloga española María Nogueira.
“De alguna manera está relacionada con un dinero que se deja como muestra de agradecimiento por la bebida que has consumido. Es como una especie de donación”, añade.
Pero con el paso del tiempo, la palabra dejó de estar exclusivamente relacionada a la bebida y pasó a asociarse a la gratificación sobre servicios.
Otra curiosidad es que propina y bebida no solo es una asociación en el idioma español sino que también se aplica a otros idiomas.
“Tiene el mismo sentido en otras lenguas, como en el francés que propina es pourboire que significa beber o antes de beber, y en alemán que es trinkgeld (o dinero para beber)”, ejemplifica Nogueira.
¿POR QUÉ LA GENTE DA PROPINA?
Dejar propina no tiene como único objetivo la recompensa a quien presta un buen servicio, como un mesero o taxista.
Existen otros motivos detrás de esta gratificación.
Según el profesor estadounidense Michael Lynch, analista del comportamiento del consumidor que realizó numerosos estudios sobre la propina, las personas dan dinero extra tras el pago de la cuenta también para obtener aprobación social, evitar remordimientos y, claro, para aumentar el sueldo del trabajador, detalla en su sitio web.
Y es que muchos empleados de los sectores hoteleros y gastronómicos ganan salarios más bajos de lo normal, como sucede en Estados Unidos.
Entonces se espera que las propinas sean altas para compensar los sueldos bajos. Hasta tal punto que el salario mínimo para trabajadores que reciben propina es menor.
En Estados Unidos el porcentaje de propina puede ir desde el 15 al 21% de la cuenta a pagar.
¿CUÁNTO SE DEJA DE PROPINA EN AMÉRICA LATINA?
Esta es una pregunta recurrente por parte de los viajeros que llegan a la región o cuando uno tiene la suerte de visitar algún país latinoamericano.
Y la mayoría de las veces la respuesta es: “a discreción”.
Aunque en varios países existen regulaciones que marcan un mínimo para la propina.
Ese es el caso de Costa Rica, donde la ley establece el derecho a la propina de los trabajadores de restaurantes, bares y otros establecimientos donde se preste servicio en mesa a recibir, además del salario, un 10% adicional proporcionado por el consumidor.
De igual manera, República Dominicana tiene reglamentado el pago de propina.
“En los hoteles, restaurantes, cafés, barras y en general, en los establecimientos comerciales donde se expende para su consumo en esos mismo lugares comidas o bebidas, es obligatorio para el empleador agregar un 10% por concepto de propina en las notas o cuentas de los clientes, o de otro modo que satisfaga dicha percepción, a fin de ser distribuido íntegramente entre los trabajadores que han prestado servicio”, dice el artículo 228 del Código de Trabajo.
Y Brasil es el último que se incorporó a esta lista.
En marzo de 2017, el país sancionó una ley que regula el cobro de propinas (gorjetas en portugués) a clientes por parte de restaurantes y bares estableciendo que el 20% de esa propina será para el negocio y el 80% para los meseros.
Sin embargo, la norma no aclara cuál es el porcentaje que se le adhiere a la cuenta del consumidor, aunque lo usual es un 10%.
SIN REGULACIÓN
Pero en el resto de América Latina, la propina no está regulada, así que el porcentaje que se le deja en concepto de propina varía, aunque predomina una colaboración del 10%.
En México, se acostumbra un 10% del valor de la cuenta y por cortesía, la ley dice que no es obligatorio.
En Honduras, no se espera nada.
En Panamá sí, aunque tampoco es obligatorio y también se sugiere en el ticket un 10%.
En Cuba, lo normal es que no se deje propina, aunque con la llegada de cada vez más turistas, muchos dejan el 10%.
En Guatemala y El Salvador tampoco es obligatorio aunque en los recibos de pago suelen incluir propina “sugerida” con un 10% de recargo.
Del mismo modo ocurre en Nicaragua y generalmente se incluye en la cuenta como “propina voluntaria” del 10%.
En Venezuela suele ser el 10% y si el servicio es de tu agrado se puede dejar mucho más. A veces lo recaudado se reparte entre los meseros.
“La curiosidad en Venezuela es que se paga con tarjeta por la falta de efectivo. Si quieres premiar a alguien en concreto le pides su número de cuenta y haces una transferencia”, dice el corresponsal de BBC Mundo en Caracas, Daniel García Marco.
En Colombia es obligatorio preguntar a los clientes antes de traer la cuenta si se desea incluir el 10% en concepto de “servicio voluntario” y la gente por lo general acepta.
Algunos restaurantes de Ecuador entregan junto con la cuenta una pequeña tarjeta en la que se pregunta al cliente si desearía abonar algo de propina.
En Perú, tampoco es obligatorio y el porcentaje es en torno al 10%, aunque si el servicio no fue de agrado, el cliente puede dejar entre un 5 y un 7%.
En Bolivia es muy discrecional ya que no es una costumbre en el país y no supera el 10%.
En Paraguay no solo se le da propina a un mesero sino que se premia servicios como trámites.
En Chile es voluntario y en general se deja el 10%. En los últimos años varios restaurantes incluyen los dos valores en la cuenta, con y sin propina, y el consumidor elige cuál pagar.
Argentina es igual. El 10% es lo normal, a lo sumo que el servicio haya sido muy malo y se decida no dejar nada.
Y en Uruguay se deja siempre propina y lo que está bien visto es un 10%.
Así que ya sabes, si es verdad que “el dinero es el origen de todos los males”, puedes dejar un poco como propina.