(AP) - La gigantesca economía de China ha impulsado durante años a gran parte del resto del mundo: ha consumido grandes cantidades de petróleo, mineral de hierro y otras materias primas de los países en desarrollo, así como automóviles y artículos de lujo de Europa, pero su papel como motor global se desvanece a medida que se desacelera su crecimiento, en tanto que muchas otras economías resentirán los efectos, a decir de los especialistas.
Según una encuesta que hizo The Associated Press a 30 economistas, 57% prevé que la desaceleración de China restringirá el crecimiento en países como Brasil, Chile, Australia y Corea del Sur.
Una notable excepción es Estados Unidos, al que los expertos ven como una economía aislada en gran parte de la problemática que rodea a China.
El otrora explosivo crecimiento de China ha perdido impulso, en parte debido a las acciones de Beijing para restringir la especulación en bienes raíces y orientar la economía hacia el consumo interno.
La economía de China creció 7,3% en el tercer trimestre en comparación con el año anterior, su nivel más bajo desde 2009. Un crecimiento superior a 7% sería la envidia para la mayoría de las principales economías, pero constituye una fuerte desaceleración para China después de que registrara expansiones de al menos 10% durante tres décadas.
La semana pasada, el grupo empresarial The Conference Board proyectó que el crecimiento de China podría caer aún más, a 4% para 2020.
GRANDES SECUELAS
La desaceleración de China ha tenido sus secuelas en todo el mundo. Brasil y Australia disminuyeron sus envíos a China de mineral de hierro, materia prima para la fabricación de acero, ante una baja en el auge de la construcción en el gigante asiático.
Chile redujo sus exportaciones de cobre a China e Indonesia las de petróleo y madera.
Corea del Sur bajó sus exportaciones de productos electrónicos a China, con sus consecuencias negativas para el crecimiento surcoreano debido a que los consumidores chinos disminuyeron sus compras de teléfonos multifuncionales o prefieren alternativas internas de menor precio.
China también efectúa un combate a la corrupción, que amenaza las marcas de diseñadores europeos.
Sung Won Sohn, economista de la Escuela de Negocios Smith de la Universidad Estatal de California, calcula que un tercio de los relojes suizos de lujo son exportados a China. Además, China es el mercado de crecimiento más veloz para los automóviles Mercedes-Benz y BMW.
Los fabricantes automovilísticos de Estados Unidos, en particular General Motors, también venden grandes cantidades de vehículos en China.
Sin embargo, casi todos son construidos en China y no contribuyen demasiado a la economía de Estados Unidos, afirmó Sohn.
Este también es el caso con otros productos estadounidenses comercializados en China, como aparatos electrónicos. En consecuencia, la contracción de las ventas en China podría no afectar demasiado a Estados Unidos.
La firma de previsiones Capital Economics calcula que sólo 6,5% de las exportaciones de Estados Unidos van a China, equivalente apenas a 0,9% de la economía norteamericana.