“El Internet de las cosas y el ‘data analytics’ ya son parte del presente”, fue una de las frases iniciales del ‘keynote’ de Jean-Pascal Tricoire, gerente general de Schneider Electric.
Durante su intervención en el Innovation Summit 2018 de la compañía -que se realiza en París esta semana-, el ejecutivo resaltó la necesidad cada vez más latente de llevar la economía digital no sólo a las compañías sino también a la vida diaria de los usuarios finales.
Para lograrlo, es vital la inversión en ‘data analytics’, Internet de las Cosas (IoT, por sus siglas en inglés), inteligencia artificial y realidad aumentada, pues el resultado de sus interacciones genera eficiencias en cualquier industria, sector o Gobierno que aprenda a sacar beneficio de la cantidad de información que hoy en día se encuentra disponible. “Por ejemplo, China se ha puesto como objetivo aumentar su automatización al 2025”, contó.
EFICIENCIAS
Invertir en estas tecnologías genera todo tipo de ahorros en mantenimiento, uso de energía e incluso mano de obra.
En este contexto, una de las industrias que está cambiando drásticamente es la del transporte, pues se proyecta que por lo menos en los próximos dos años la cantidad de vehículos eléctricos siga creciendo.
Esto toma relevancia si se toma en cuenta que el transporte representa más del 30% de la energía mundial.
“Si sólo la mitad de los vehículos se volvieran eléctricos en los próximos años, estamos hablando de la revolución más grande en el mundo eléctrico. El consumo de electricidad debido a la informática está aumentando significativamente. De hecho, el consumo de energía crecerá 20% año a año. Tenemos que estar preparados para esto”, insistió Tricoire.
Asimismo, el sector construcción y su tendencia ecosostenible también está cambiando la oferta de viviendas en todo el mundo, pues sólo contar con una adecuada gestión del suministro eléctrico de un edificio puede generar entre 30% y 40% menos apagones, 15% de ahorro en mantenimiento y 35% más predictibilidad al momento de detectar un incendio.
Esto, porque al estar monitoreadas e interconectadas, las tecnologías antes mencionadas son capaces de predecir cuándo se producirá una falla o una avería, y en qué pieza del sistema.