Estados Unidos ha destinado una inversión de US$ 10,600 millones para Centroamérica y el sur de México con el fin de desalentar la migración.
El objetivo de los fondos será generar mejores condiciones de seguridad y oportunidades de empleo, con el fin de intentar que los centroamericanos prefieran trabajar en sus países antes que emigrar.
El plan fue anunciado mediante un comunicado conjunto de México y Estados Unidos. El Departamento de Estado emitió la nota de prensa el martes y el canciller mexicano, Marcelo Ebrard, la leyó en la capital mexicana.
“Pienso que son buenas noticias, muy buenas para México”, dijo el nuevo responsable de la política exterior mexicana.
“Los compromisos aquí establecidos significan más que duplicar la inversión extranjera en el sur de México a partir del 2019”, agregó.
Los estados sureños de Chiapas y Oaxaca son algunas de las regiones más pobres del país. El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), que asumió el cargo el 1 de diciembre, ha dicho que una de sus prioridades es incentivar el desarrollo en esas zonas.
Como parte de sus planes para el sur de México se encuentra también el proyecto del “Tren Maya” que recorrerá gran parte de la península de Yucatán y llegará a Chiapas.
Todavía se desconoce qué podría ofrecer México a cambio de la inversión estadounidense, ya que el nuevo gobierno aún no ha presentado los detalles de la que será su política migratoria.
Washington ha dejado claro que lo que quiere es que todos aquellos migrantes que han solicitado asilo en Estados Unidos esperen en territorio mexicano hasta que su petición sea tramitada.
Actualmente, los migrantes esperan en la zona fronteriza de México hasta que las autoridades estadounidenses pueden atenderlos e iniciar el trámite de asilo o refugio. Pero una vez que entran en Estados Unidos, el proceso comienza y son las autoridades de ese país las que tienen que hacerse cargo de ellos.