Cuando a los anatomistas de Estados Unidos no les bastaban los cadáveres de criminales ejecutados para la investigación, los robaban. O más bien pagaban a alguien para que los robara: a los conocidos como “hombres de resurrección”.Follow @PortafolioECpe !function(d,s,id){var js,fjs=d.getElementsByTagName(s)[0],p=/^http:/.test(d.location)?'http':'https';if(!d.getElementById(id)){js=d.createElement(s);js.id=id;js.src=p+'://platform.twitter.com/widgets.js';fjs.parentNode.insertBefore(js,fjs);}}(document, 'script', 'twitter-wjs');
Eso pasó a lo largo de los siglos XVIII y XIX y aunque ahora ya no es así, los estudiantes e investigadores siguen necesitando cadáveres. El principal suministro de la actualidad son las donaciones de quienes desean que sus cuerpos contribuyan a la ciencia.
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Esto ha sido suficiente para las necesidades de la medicina hasta hace poco tiempo.Pero los programas universitarios de medicina están creciendo y no son los únicos que quieren cuerpos enteros o miembros.
Empresas privadas de investigación médica, firmas que fabrican aparatos médicos y centros de formación quirúrgica necesitan órganos y tejido humano. Esta demanda ha hecho surgir una nueva industria en EE.UU.: la de la adquisición y venta de cadáveres o partes del cuerpo.
EL NEGOCIO DE LOS CADÁVERES Los periodistas Galen Koch, Peter Lang-Stangton y Nick Farago descubrieron que en el sector hay más de 20 de estas empresas en EE.UU. Y que a pesar de tratarse de un negocio raro, estas compañías son legales.
A través del documental de radio “The resurrection men” (“Los hombres de resurrección”), transmitido por el Servicio Mundial de la BBC, explicaron cómo funcionan. Visitaron una de ellas, llamada Research for life, ubicada en una zona industrial de Phoenix, Arizona.
El gerente de la empresa, Garland Shreves, les explicó que se trata de un negocio familiar: allí trabajan 40 personas, entre ellas su esposa y sus hijos. Según los periodistas, la sede de Research for life es un edificio elegante, con oficinas “normales”.
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Describen a Shreves como un hombre sonriente y agradable, de 50 y tantos años, que maneja una camioneta roja y es un bromista. El empresario les cuenta que trabajó en la industria funeraria durante 36 años antes de empezar este nuevo emprendimiento.
“A algunos no les gusta que nos llamen banco de tejidos. La realidad es que si vas a un banco normal ¿qué esperas encontrar allí? ¿Dinero? Pues si vas a un banco de tejidos, encontrarás tejidos”, dice.
Los órganos y tejidos que vende Research for life no son para trasplantes. Son usados por profesionales médicos e investigadores, no sólo en universidades sino también en otros centros de investigación científica.
Shreves asegura que todos los cuerpos que reciben fueron entregados de forma voluntaria. “La gente toma la decisión de donar su cuerpo, no los forzamos, nadie roba un cuerpo de la tumba”, asegura el empresario. Cuenta que en este momento tienen cerca de 80 cadáveres.
CÓMO TRABAJAN Tras recoger el cuerpo donado de su hogar o el lugar donde murió, lo ponen en una nevera. Luego se le hacen una serie de análisis de sangre (HIV, hepatitis, tuberculosis) y una evaluación física para ver sus condiciones y qué partes se pueden vender.
Hay muchas opciones: se puede vender el cuerpo entero o algún miembro en particular.A veces se solicitan cuerpos de cierta edad o que no hayan tenido operaciones quirúrgicas, explica Shreves. De ahí se hace un plan para determinar lo que va a ser extraído.
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Los precios de las partes del cuerpo varían mucho. Una cabeza congelada cuesta US$500, un pie US$200, un torso US$1500 a US$1800, una rodilla US$300 y una mano US$125. Shreves dice que un cuerpo completo se vende desde US$2.000 hasta US$3.000.
A pesar de que en EE.UU. es ilegal vender partes del cuerpo, estas empresas encontraron la manera de hacer negocios de forma legal. Cobran no por el cuerpo en sí sino por el servicio de proveerlo.
Las partes del cadáver que no se venden son cremadas y las cenizas son entregadas a la familia del difunto. Según el documental, muchas familias optan por donar el cuerpo para evitar los costos de cremación, que pueden alcanzar los US$2.000.
ARIZONALos periodistas de la BBC se pusieron en contacto con otra empresa que se dedica a lo mismo, United Tissue Network, que también está ubicada en Arizona.
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La directora de comunicación de la compañía, Kayla Hrabak, les explicó que la mayoría de las empresas del sector están concentradas en la ciudad de Phoenix.El motivo es que la zona es muy popular para jubilarse, por lo que hay un alto número de ancianos.
Una residente de la ciudad les contó el motivo por el cual decidió entregar su cuerpo a la empresa una vez que muera. “Doné mi cuerpo para que mis hijos no se tengan que preocupar por mí”, explicó. “Cuando muera, mis hijos solo tienen que llamar a United Tissue Network”, agregó. “Siempre quise donar mi cuerpo a la ciencia y que hagan lo que quieran”.