Washington (AP). Justo cuando el mercado laboral de Estados Unidos finalmente se ha fortalecido, la Reserva Federal enfrenta una nueva preocupación: la desaceleración de la economía mundial, que ha atemorizado a los inversionistas en todo el planeta.
Esta debilitación pudiera llegar a Estados Unidos, con el potencial de afectar el crecimiento del empleo y mantener la inflación muy por debajo del objetivo del banco central. Tal temor ha llevado a algunos analistas a sugerir que la Fed podría esperar hasta muy avanzado el próximo año para comenzar a elevar la tasa de interés, y después aumentarlas más gradualmente de lo esperado.
“Estoy comenzando a pensar que la Fed podría demorarla (un alza de tasas)”, dijo Bob Baur, jefe economista de Principal Global Advisors, una compañía de administración de activos. “Si no vemos una mejor situación en Europa y mejoría en Japón y estabilidad en China, podrían esperar un poco más”.
No obstante, hasta ahora la perspectiva de que continúen bajas las tasas de interés —lo cual hace que los préstamos sean más baratos y puede alimentar aumentos en el mercado bursátil— está teniendo mayor importancia debido al creciente temor de los inversionistas sobre la debilidad en las economías de Asia, Europa y Latinoamérica. Después de perder 223 puntos el lunes, el promedio industrial Dow Jones está ahora más de 5% por debajo de su nivel máximo alcanzado en septiembre. Los estadounidenses con acciones en sus cuentas de retiro han recibido una paliza, al menos por ahora.
El martes, ganancias sólidas por parte de varios bancos estadounidenses grandes proporcionaron a las acciones un impulso inicial antes de perder impulso al cierre de la jornada. El Dow Jones perdió cerca de seis unidades.
Desde que terminó la Gran Recesión hace cinco años, funcionarios de la Fed han manifestado frecuentemente que sus políticas fueron diseñadas para impulsar la economía y el mercado laboral de Estados Unidos. Pero ahora están asegurando a líderes financieros internacionales que seguirán muy de cerca los efectos de las políticas del banco central sobre otras economías.
Y el vicepresidente de la Reserva Federal ha admitido públicamente que la agitación en el exterior podría llevar a la Fed a actuar más cautamente.
“Si el crecimiento en el extranjero es más débil de lo anticipado, las consecuencias para la economía de Estados Unidos pudieran llevar a la Fed a aumentar la tasa de interés más lentamente”, dijo el vicepresidente Stanley Fischer en un discurso el fin de semana pasado.