La creciente recesión de Argentina continuará durante el primer trimestre del próximo año antes de una recuperación sostenida y gradual de la economía, según prevé el Fondo Monetario Internacional (FMI), el cual especificó una larga lista de riesgos a ese repunte.
El director de misión, Roberto Cardarelli, dijo a los medios en Buenos Aires el sábado que el fondo -el punto más bajo- será en el primer trimestre, y que creen que la recuperación comenzará en el segundo trimestre.
Cardarelli se encuentra en Buenos Aires toda la semana para llevar a cabo una revisión prevista del rescate de US$56.300 millones del FMI para la economía argentina. Inicialmente se llegó a un acuerdo en junio pero éste se revisó posteriormente en septiembre, cuando el nerviosismo de los mercados obligó a los cargos del FMI a acelerar el ritmo de los desembolsos.
Pese al pronóstico de una recuperación de la economía el próximo año, Cardarelli identificó varios riesgos, como una ola de ventas en los mercados emergentes, elecciones presidenciales el próximo año o una política monetaria estadounidense más estricta.
Una complicación es que la inflación no baje tan pronto como se espera, lo que provocaría una necesidad de una política monetaria más restrictiva durante más tiempo, dijo Cardarelli.
El FMI pronostica que la economía de Argentina se contraerá 1,6% en 2019, frente al 0,5% previsto por el Gobierno. Cardarelli dijo que la diferencia radica en las opiniones sobre la actividad económica en la segunda mitad de este año, pero señala que ambas partes están de acuerdo en el momento de la recuperación.
Según la revisión del acuerdo con el FMI, el banco central de Argentina se comprometió a congelar la cantidad de pesos en circulación al menos hasta junio. La política resultó en el mejor rendimiento del peso desde 2003 en octubre, con un alza de un 14% frente al dólar. Las e xpectativas de inflacion durante los próximos 12 meses también han bajado.
Sin embargo, los economistas advierten que la otra cara de la política monetaria -una reducción de la actividad económica al hacer casi imposible que las empresas puedan pedir dinero prestado- se hará cada vez más evidente. El contexto ya era difícil, con una caída de la producción industrial del 11,5% en septiembre, el descenso más acusado desde el desplome económico del país en 2002 que siguió a un programa fallido del FMI. La nueva política monetaria no comenzó hasta el 1 de octubre.
Cardarelli dijo que las políticas fiscales y monetarias son políticas de estabilización pero que la estabilización macroeconómica tiene un coste.