En un giro dentro del campo del lobby norteamericano, las empresas tecnológicas de Silicon Valley se han convertido en actores activos dentro de las donaciones políticas.
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Así, Goldman Sachs -tradicional donador político que destinó US$1,4 millones a esta actividad- fue destronado por Google como el mayor contribuyente a la campaña política. La gigante tecnológica, a través de su comité de acción política NetPAC, gastó US$1,4 millones en esta actividad, por encima del grupo de banca de inversión.
Y no es el único. Otras firmas también están destinando fuertes sumas de dinero para conseguir apoyo político en temas relacionados a impuestos, supervisión de las agencias estadounidenses, entre otros de su interés, mientras se discuten en Washington.
Como señala el medio online “Diario Financiero”, estas empresas de la industria de la tecnología dividen sus portes de forma equitativa entre los partidos demócratas y republicanos.
Según el Center for Responsive Politics (CRP), en el 2010, los comité de acción política tecnológicos (PAC, por sus siglas en inglés) destinaron el 55% de sus contribuciones a los candidatos federales demócratas y el 45% restante a los republicanos.
Además, agrega el CRP, estos donantes han entregado US$22,5 millones durante el ciclo electoral de este año, aún lejanos a los US$ 121 millones aportados por la industria de acciones e inversión.
Entre las compañías que han formado sus PAC se encuentran Twitter y Yelp. Uber y Apple no manejan PAC propios pero eso no excluye que inviertan millones en lobbistas.
¿Qué criterios siguen estas empresas para enfilar sus recursos en ayuda política? En el caso del popular buscador, las donaciones están dirigidas a candidatos comprometidos con una Internet abierta así como a aquellos con posiciones en comités legislativos en temas clave de este sector.