Este año el Banco Mundial y el FMI cumplirán 72 años. Aunque la posibilidad de una crisis similar a la del 2008-2009 es baja, el rol que jugarán las instituciones encargadas de gestionar la gobernanza económica mundial será crucial. ¿Bastará la participación del FMI?Follow @PortafolioECpe !function(d,s,id){var js,fjs=d.getElementsByTagName(s)[0],p=/^http:/.test(d.location)?'http':'https';if(!d.getElementById(id)){js=d.createElement(s);js.id=id;js.src=p+'://platform.twitter.com/widgets.js';fjs.parentNode.insertBefore(js,fjs);}}(document, 'script', 'twitter-wjs');
“Para lidiar con los nuevos retos no podemos seguir acudiendo a mecanismos de gobernanza que ya han fallado porque han quedado desactualizados. Debemos generar modelos alternativos de gobernanza”, afirma Álvaro Méndez, profesor de Relaciones Internacionales de LSE.
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En su opinión, el camino consiste en “que surja un híbrido, de manera tal que las instituciones tradicionales de gobernanza incluyan a los países emergentes en la toma de decisiones, directivas y políticas”.
CAMBIOS Y MÁS CAMBIOS
Durante la última década, dos fenómenos han dominado la economía global. Las economías emergentes han crecido a un ritmo muy superior al de las economías desarrolladas, aumentado de modo significativo su participación en el PIB mundial.
En paralelo, la crisis económica ha propiciado cambios relevantes en la gobernanza económica mundial. Por ejemplo, la sustitución del G7 por el G20 como foro de liderazgo internacional en materia económica.
El peso de los mercados emergentes hoy es ineludible. Sólo los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) representan una cuarta parte del PBI mundial. La proyección de la OCDE a 2030 indica que China e India representarán el 39% de la economía mundial y que, en 2060, esa participación alcanzará al 49%.
En este contexto, la necesidad de contar con una nueva y mejor gobernanza global, así como de adoptar reformas para que el reparto de poder actual se refleje en la representación y peso que los países tienen en las instituciones internacionales se hace imperiosa.
“La complejidad y fragmentación del mundo en el que vivimos, las amenazas de inestabilidad mundial, así como el surgimiento de nuevos actores emergentes demandan una revisión profunda del sistema actual de gobernanza global”, opina Enrique García, presidente de CAF -banco de desarrollo de América Latina.
“Hay nuevos poderes en el mundo que deben tener voz y voto en las decisiones que se adoptan”, agrega.