En este momento, mientras usted lee estas líneas, en reuniones que tienen lugar en decenas de lugares en todo el mundo, un distribuidor de Herbalife está intentando convencer a un grupo de interesados de seguir sus pasos.
Su principal argumento es que al vender los productos de nutrición y para bajar de peso de la empresa, los aspirantes podrán alcanzar -así lo llaman- “su independencia financiera”. ¿Cómo? Comprando en cantidad y revendiendo los productos de la empresa.
Unos 3,7 millones de personas en más de 90 países así lo creen. Muchos de ellos han dejado carreras profesionales para dedicarse de lleno a perseguir ese objetivo.
Pero hay quienes sospechan que no lo conseguirán, y que los pequeños distribuidores no son más que el alimento del que comen quienes se encuentran en los niveles más altos de la estructura de la empresa.
INVESTIGACIÓNPor eso, y tras el cada vez más insistente reclamo de diversos sectores, incluyendo grupos de consumidores y congresistas en Estados Unidos, la FTC (Federal Trade Commission), organismo regulador encargado de defender los derechos de los consumidores en ese país, inició el último miércoles una investigación sobre la compañía.
Intentará determinar si su estructura es o no un esquema piramidal, en el que las principales ganancias de una empresa provienen del reclutamiento de nuevos distribuidores y no de la venta directa de productos a los consumidores.
En esa pirámide, que necesita una constante base de nuevos distribuidores, quienes no suben tienden a perder dinero; y suelen ser la mayoría.
HERBALIFE “COOPERARÁ ÍNTEGRAMENTE”Herbalife rechaza terminantemente esa acusación, pero dijo en un comunicado que “cooperará íntegramente” con la investigación.
Y que la ve con ojos favorables, por “la gran cantidad de desinformación que existe en el mercado”.
“Tenemos confianza de que Herbalife cumple todas las leyes y regulaciones”.
En una nota en el diario Financial Times, Dan McCrum (periodista que sigue los vaivenes de Herbalife), explica que el proceso de revisión de la FTC consistirá en verificar la estructura de “comisiones y compensación” de Herbalife “para ver si favorece inherentemente el reclutamiento”. Y que también verificará si la compañía tiene procedimientos para proteger a los distribuidores que recluta y, fundamentalmente, si la compañía genera ventas “sustanciales a consumidores que están fuera de su red de distribuidores”.
PÓKER DE MILLONARIOSAdemás de los destinos de los millones de distribuidores de Herbalife, en esta disputa se juegan las fortunas (o al menos la reputación) de multimillonarios que han decido apostar en esta suerte de póker de la regulación.
De un lado, William Ackman, prominente administrador del fondo de inversión Perishing Square, quien en 2012 lanzó su primera acusación de que Herbalife era un esquema piramidal, algo que volvió a hacer este martes, cuando dijo que el negocio de la compañía en China (donde sus ventas aumentaron un 65% en 2013 y que representa uno de sus mercados de más rápido crecimiento) viola las leyes de venta directa de ese país, algo que Herbalife rechaza.
Ackman apostó US$1.000 millones, mediante instrumentos financieros, a que las acciones de la empresa colapsarán.
Del otro lado están inversionistas del calibre de George Soros y Carl Icahn, quienes han adquirido grandes paquetes accionarios de la compañía. Icahn, por ejemplo, es dueño del 17% de Herbalife.
OSCILANDO EN BOLSATras la noticia de la investigación de la FTC las acciones de la empresa cayeron un 16%, aunque luego se recuperaron un poco y terminaron al cierre con una baja cercana al 7%.
Esto podría hacer creer que Ackman está ganando la partida, pero en 2013 Herbalife reportó ingresos por algo más de US$4.800 millones (más del 30% generado en América Latina). Eso representó un 18% más que el año anterior; además, el valor de sus acciones creció más de un 50% en los últimos 12 meses.
Según información de la propia empresa, un 88% del más de medio millón de distribuidores que Herbalife tenía en EE.UU. en 2012, no recibió ningún pago por parte de la empresa.
La compañía dice que en ese cálculo no se cuentan las ganancias que pueden generar las ventas a terceros de los productos o el hecho de que los distribuidores los adquieren a “precio mayorista”.
Ese mismo año unos 40.000 distribuidores recibieron de Herbalife US$292 cada uno. Y menos de 1.000 recibieron más de US$60.000.