Tras varios escándalos y malos resultados financieros, HSBC anunció a principios de junio la supresión de 50.000 puestos de trabajo en el marco de un plan de reestructuración global que incluye la venta de sus actividades en Brasil y Turquía.La venta a Bradesco de su filial “constituye una etapa importante en la ejecución de las medidas anunciadas a los accionistas el 9 de junio”, dijo HSBC en un comunicado.El banco mantendrá sin embargo su presencia en Brasil para las grandes empresas.La reducción masiva de efectivos —la mitad en Brasil y Turquía— tiene el objetivo de centrar todavía más la actividad del banco en Asia, donde tiene su mayor potencial de crecimiento.El objetivo de HSBC, que también quiere deslocalizar miles de empleos a países con mano de obra barata, es reducir sus gastos en 4.500 o 5.000 millones de dólares antes de 2017. Entre el 1 de enero y el 30 de junio HSBC obtuvo un beneficio neto de 9.618 millones de dólares, un 1,31% menos que en el mimo periodo del año anterior. En el segundo trimestre, el beneficio neto cayó 3,8%, hasta 4.359 millones de dólares.Esta caída de beneficios se debe principalmente a los costes totales de explotación, que en el primer semestre aumentaron un 5% con relación al mismo periodo de 2014, hasta 19.187 millones de dólares.HSBC imputa este aumento a las “inversiones para el crecimiento futuro” y a los gastos legales para hacer frente a los litigios con las autoridades de regulación en el Reino Unido y otros países.Además, los impuestos pagados por HSBC en Gran Bretaña aumentaron hasta 2.900 millones de dólares, un aumento del 44% en un año.
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