Bloomberg.- María Verónica Fernández fue a ocho comercios de Caracas para agregar su nombre a una lista de espera para adquirir un teléfono móvil que ni siquiera le gusta.Follow @PortafolioECpe !function(d,s,id){var js,fjs=d.getElementsByTagName(s)[0],p=/^http:/.test(d.location)?'http':'https';if(!d.getElementById(id)){js=d.createElement(s);js.id=id;js.src=p+'://platform.twitter.com/widgets.js';fjs.parentNode.insertBefore(js,fjs);}}(document, 'script', 'twitter-wjs');
Después que le robaron su Samsung Galaxy S4 a punta de pistola en mayo, Fernández, de 24 años, inició una búsqueda por las tiendas que los venezolanos conocen demasiado bien, en tanto viven con la inflación más alta del mundo, escasez crónica de alimentos y delito endémico.
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“Es la misma sensación de impotencia como cuando uno tiene que ir a tres o cuatro supermercados en busca de papel higiénico o aceite o harina”, dijo Fernández. Tras varias semanas de espera, compró un Samsung Galaxy Fame, un teléfono más simple con menos funciones. “Por lo menos, si me lo roban, no me dolerá tanto”.
Conseguir un smartphone de alta gama es impensable. En Venezuela, la falta de existencias y la escasez de dólares hacen que este año sea más difícil comprar cualquier teléfono móvil. En 2015 sólo se venderán 4,9 millones, según los cálculos de Pyramid Research. Esto representa una caída de 46% respecto de los casi 9 millones que se vendieron en 2012. La reducción del número de usuarios en Venezuela es una anomalía en América Latina, que tuvo un crecimiento de más del 4%, según eMarketer.
Al país le resulta difícil encontrar suficientes dólares para pagar las importaciones de productos básicos y ni hablar de los dispositivos móviles. Ello se debe a que el petróleo representa el 95% de las exportaciones venezolanas y a que los precios locales del crudo cayeron 50% en la segunda mitad del año pasado. En lugar de importar teléfonos directamente de los fabricantes, los proveedores de servicios móviles y los vendedores se ven obligados a tratar con el intermediario del gobierno, Telecom Venezuela, al que la escasez de dólares le dificulta cumplir con los pedidos.
REPARACIONES Y REPUESTOSEduardo Eckholt, dueño de la tienda Celular Premium del centro comercial Paseo Las Mercedes de Caracas, dijo que el control de las importaciones de teléfonos le hace muy difícil conseguir los últimos modelos. Ahora se dedica principalmente a reparar aparatos y vender repuestos. “Estoy en este negocio desde hace 18 años y veo que la gente prefiere reparar su teléfono antes que comprar uno nuevo”, dijo Exkholt, de 53 años.
La escasez de modelos 4G, que son los de mayor demanda, obliga a los venezolanos a recurrir al mercado negro y a exponerse a un robo.
“Si uno tiene un teléfono lindo, en algún momento se lo van a robar si lo muestra en la calle”, señaló Tina Lu, asesora sénior de Counterpoint en Buenos Aires. “Y si quiere comprar uno, le va a costar un ojo de la cara”.
CONTROL DE MONEDA
Los costos también se ven exacerbados por la inflación galopante. La tasa anual fue del 69% en diciembre, el último mes del que el banco central proporcionó datos. Barclays Plc informó el 20 de mayo que la tasa actualmente estaba en “tres dígitos”.
Fernandez pagó 17.000 bolívares por su Galaxy Fame, cerca de unos US$2.700 al cambio oficial. Si lo vemos de otro modo, 17.000 bolívares equivalen a 2,3 meses de salario mínimo.
El país ha mantenido un estricto control de la moneda desde el 2003. No obstante, con con la inflación acelerándose a un ritmo más rápido que en el mundo, la gente quiere dólares para proteger sus ahorros.
Algunos venezolanos intentan emplear la asignación anual, establecida por el gobierno, para obtener dólares a uno de los tipos de cambio oficiales para comprar equipos móviles a través de portales como Amazon.com, explica Lu. Las tarifas oficiales son entre 6,3 y 12 bolívares por dólar y son para bienes prioritarios autorizados por los gobiernos, en los que se incluyen alimentos y bebidas.
Sin embargo, el gobierno de Venezuela ha reforzado los desembolsos al mismo tiempo que las contracciones de los ingresos por petróleo significan menos dólares para repartir. Eso, combinado con la escasez de los inventarios del hidrocarburo, han vuelto a los modernos equipos móviles en 'ultra commodities'. Un iPhone 6 de Apple se vende a 300.000 bolívares (US$47.678) en el portal de Mercado Libre, es decir, a 41 veces el salario mínimo de Venezuela, de 7.325 bolívares.