Regresa la tensión a la península coreana y esta vez el foco está en el Complejo Industrial de Kaesong (CIK), uno de los escasos proyectos de cooperación entre los históricos enemigos que a menudo es considerado como un indicador del estado de las relaciones entre los dos países.
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Seúl anunció su intención de suspender las operaciones en el complejo, algo que fue tomado por Pyongyang como “una declaración de guerra”.
Corea del Norte respondió cortando dos líneas cruciales de comunicación con Corea del Sur diseñadas para distender situaciones peligrosas: una utilizada por los militares y otra para comunicarse con el Comando de la ONU en Panmunjom en la Zona Desmilitarizada, la frontera de facto entre ambos países.
La decisión surcoreana de suspender la actividad en Kaesong estuvo motivada por la reciente prueba nuclear y test armamentístico llevado a cabo por Corea del Norte.
En opinión de Seúl, la paralización de la actividad en Kaesong es una manera de cortar unos ingresos que el régimen de Kim Jong-un utiliza para el desarrollo de su programa nuclear y de misiles.
Y es que Kaesong, un proyecto de 2004, está financiado casi enteramente por el Sur y es una fuente clave para el Norte.
¿CÓMO SE ORIGINÓ?
Corea del Sur ha asegurado que el propósito del complejo era desarrollar un parque industrial donde las empresas surcoreanas pudieran fabricar sus productos con mano de obra norcoreana.
Sostuvo que ayudaría a Corea del Norte a reactivar su economía, que se encuentra en una situación grave y a aliviar las tensiones entre las Coreas.
También fue visto como una manera de alentar a las empresas a conservar la producción local, en lugar de trasladarse a China y a otros países con salarios más bajos.
A pesar de tratarse de una empresa privada, a cargo de Hyundai Asan, que forma parte del Grupo Hyundai y la surcoreana Korea Land Corporation, ambos gobiernos están involucrados en la iniciativa.
Las compañías recibieron incentivos por parte del gobierno de Corea del Sur para trasladar sus operaciones, incluyendo seguros de riesgo político para cubrir posibles pérdidas en sus inversiones.
Todos los productos fabricados se exportan a Corea del Sur para comercializarse.
El CIK es una zona libre de impuestos y no hay restricciones en cuanto al uso de la moneda extranjera o tarjetas de crédito. No se requiere visado para entrar en el complejo.
¿QUÉ TIPO DE NEGOCIOS SE HACEN EN EL COMPLEJO?
Actualmente 123 empresas operan en el CIK. Pertenecen a industrias que van desde la textil, al desarrollo de piezas de automóviles y semiconductores.
Según datos de diciembre de 2012 del Ministerio de Unificación en Seúl, el complejo emplea a 53.448 trabajadores norcoreanos y 786 de Corea del Sur.
El año pasado produjo US$470 millones en bienes. Es el mayor contribuyente al comercio entre las dos Coreas.
Si el complejo continúa desarrollándose según lo previsto, con el tiempo su tamaño equivaldrá a la mitad de la isla de Manhattan, Nueva York, y albergará zonas comerciales y residenciales, además de contribuir al turismo y la recreación.
¿EN QUÉ SE BENEFICIA COREA DEL NORTE?
Los medios de comunicación surcoreanos sostienen que Corea del Norte rara vez cierra el complejo porque se trata de una fuente fundamental para su economía.
Las empresas surcoreanas pagan más de US$80 millones anuales en salarios a los trabajadores de Corea del Norte en el complejo, según el Ministerio de Unificación.
El proyecto en su totalidad ha contribuido con casi US$2.000 millones al comercio de Corea del Norte, señala la agencia de noticias Reuters.
Sin embargo, si el proyecto se ve amenazado, Corea del Sur también se vería afectado.
El gobierno tendría que pagar cientos de millones de dólares en seguros a las empresas surcoreanas del complejo.
¿CUÁNTAS VECES HA SIDO CLAUSURADO?
En abril de 2013, el complejo fue clausurado por cuatro meses después de que ejercicios militares conjuntos de Corea del Sur y Estados Unidos indignaron a Corea del Norte.
En 2009, las autoridades de Corea del Norte impusieron una serie de restricciones sobre el CIK, a raíz de los ejercicios militares de Corea del Sur y Estados Unidos.
La entrada al complejo estuvo cerrada por varios días y cientos de trabajadores surcoreanos estuvieron atrapados.
Algunos observadores atribuyen la disminución de la producción de ese año a este incidente.
Poco después se levantaron las restricciones, la frontera volvió a abrir y cesaron las demandas a los inversores para subir los salarios de los trabajadores.
Sin embargo, el resto del tiempo el complejo no ha dejado de operar y de expandirse, a pesar de los frecuentes brotes de tensión en la península.
En 2010, a pesar de dos incidentes violentos, el complejo siguió operando.
Un buque naval surcoreano, el Cheonan, se hundió en aguas disputadas entre ambos países y murieron 46 marineros.
Seúl dice que un torpedo norcoreano hundió el barco, mientras que Pyongyang niega cualquier participación en el incidente.
A finales de 2010, unidades de artillería de Corea del Norte dispararon proyectiles en la isla Yeonpyeong y sus alrededores, en aguas disputadas. Cuatro surcoreanos murieron, entre ellos dos civiles.
Fue el primer ataque de artillería directa desde la guerra de Corea de 1950-1953. En respuesta, Corea del Sur le lanzó proyectiles a Corea del Norte.
Ese año Corea del Sur detuvo sus inversiones en Kaesong y el número de trabajadores se redujo por motivos de seguridad.
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