Un deporte al servicio del show business. En eso se convierte el partido final de la Liga Nacional de Fútbol Americano (NFL, por sus siglas en inglés) en Estados Unidos, evento comúnmente conocido como el Super Bowl.
El Super Bowl, sin embargo, también es una fiesta que cada año concentra a decenas de miles de estadounidenses frente al televisor el primer domingo de febrero.
En el 2013 fue seguido por 108 millones de telespectadores, y para este año analistas prevén que la cifra se elevará a más de 112 millones. Y eso lo saben bien los anunciantes, para quienes el Super Bowl representa una perfecta oportunidad para llegar a casi la tercera parte de los hogares estadounidenses.
No obstante, para muchas compañías resulta complicado colocar un anuncio de pocos segundos durante la emisión del partido. La razón: los costos son muy elevados.
En en 2013, la difusión de un spot publicitario de 30 segundos costaba US$3,8 millones. Para este año, la cadena Fox, encargada de retransmitir el partido final, cobrará US$4 millones por un bloque de similares características, es decir un 5,3% más.
Y aunque no todos pueden financiar una campaña publicitaria de semejante presupuesto, compañías como Pepsi, Volkswagen, Budweiser, General Motors, GoDaddye, entre otras, sí se darán el lujo porque ya tienen contratos para propalar sus spots el próximo domingo 2 de febrero, día en que se enfrentarán los Broncos de Denver y los Seahawks de Seattle.