¿Qué tienen en común el Viagra y el bótox? Que están en el centro del mayor acuerdo farmacéutico del mundo entre la compañía estadounidense Pfizer y la irlandesa Allergan, por un monto récord de unos US$160.000 millones.Follow @PortafolioECpe !function(d,s,id){var js,fjs=d.getElementsByTagName(s)[0],p=/^http:/.test(d.location)?'http':'https';if(!d.getElementById(id)){js=d.createElement(s);js.id=id;js.src=p+'://platform.twitter.com/widgets.js';fjs.parentNode.insertBefore(js,fjs);}}(document, 'script', 'twitter-wjs');
Este entendimiento creará el mayor grupo farmacéutico del mundo en cuanto a ventas y -según políticos, analistas económicos y operadores bursátiles- es probablemente la fusión más polémica del siglo.
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La razón de la controversia es que han surgido fuertes críticas a las intenciones de Pfizer (que fabrica el Viagra) al querer adquirir Allergan (que produce el bótox).
Es que al anunciar el acuerdo, Pfizer manifestó su intención de mudar su casa matriz de Nueva York a Dublín, la capital de Irlanda, donde podrá evitar el pago de altos impuestos corporativos en Estados Unidos.
“DESAGRADABLE”
La noticia enseguida hizo sonar las alarmas en EE.UU. y en otras partes del mundo.En Washington, numerosos políticos salieron a fustigar a Pfizer, acusando a la compañía de tratar de “evadir impuestos”.
Gracias al acuerdo con Allergan, el gigante farmacéutico podrá ahorrarse unos US$21.000 millones en tributos corporativos, calculó el diario británico Financial Times.
La precandidata demócrata Hillary Clinton dijo que la firma está intentando aprovechar vacíos legales para evitar el pago de “impuestos justos”, lo “acabará trasladando el peso tributario a los contribuyentes comunes”.
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Y su par republicano Donald Trump calificó la mudanza de Pfizer de EE.UU. a Irlanda como “desagradable”. “Nuestros políticos deberían avergonzarse”, añadió.
La Casa Blanca no se ha pronunciado aún sobre la fusión, pero un portavoz le dijo a la prensa que el Congreso debería actuar para prevenir este tipo de transacciones.
Y la reacción de los mercados no ha sido mejor: las acciones de Pfizer acabaron al sesión del lunes en Wall Street con una baja de 2,7%, mientras que las de Allergan perdieron un 3,4%. La noticia también cayó mal en Alemania, sede de grandes farmacéuticas.
Refiriéndose al acuerdo entre Pfizer y Allergan, el ministro de Finanzas Wolfgang Schaeuble advirtió que la comunidad internacional “debe evitar que se erosione la base impositiva de los países, impidiendo que las empresas aprovechen resquicios fiscales”.
Read aseguró que el dinero ahorrado en impuestos “mejorará las inversiones de la compañía en la ciencia estadounidense”. Y recordó que Pfizer es la mayor farmacéutica del mundo en cuanto a sus recursos y su capacidad de investigación y desarrollo.
La firma quiere establecer su casa matriz a Dublin, pero mantener sus centros científicos en EE.UU. Irlanda tiene un bajo impuesto corporativo y hay quienes, por este motivo, consideran que el país europeo es un paraíso fiscal.
Allí el tributo que deben pagar las empresas es del 12,5%, mientras que en EE.UU. varía de 15% a 39%, según el estado. Así, si Pfizer generase ganancias de US$10 millones, debería desembolsar un tributo de US$1,25 millones en Irlanda.
En cambio, si mantuviera su sede en Nueva York tendría que pagar $3,5 millones, porque en esa localización el impuesto es del 35%.
Pfizer es una de las farmacéuticas más grandes del planeta: en 2014 reportó beneficios por US$49.600 millones. Mientras que Allergan, una empresa de menor escala pero con 27 centros de investigación en todo el planeta, anunció este año ingresos de US$4.200 millones.
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CON ANTECEDENTES
No es la primera vez que una de las fusiones de Pfizer causa polémica. En 2014 intentó adquirir la compañía británica AstraZeneca, lo que en su momento hubiera creado la mayor farmacéutica del mundo.
Esto fue motivo de críticas tanto en Reino Unido como en EE.UU., donde sospechaban que la intención de Pfizer era reducir su factura impositiva.
El acuerdo finalmente fracasó cuando AstraZeneca rechazó la oferta del gigante estadounidense por considerarla muy baja.