Cuando los empleados saben lo que ganan en comparación con sus compañeros, la diferencia entre lo que reciben los hombres y las mujeres se reduce, según un nuevo análisis económico.
Desde hace tiempo se sospecha que la transparencia salarial ayuda a reducir la obstinada desigualdad entre los ingresos medios de hombres y mujeres, pero una ley danesa, relativamente nueva, ha dado a investigadores de varias escuelas de negocios -entre ellas INSEAD, la Universidad de Columbia y Universidad de Copenhague- la posibilidad de probarlo.
En 2007, Dinamarca exigió a las empresas con más de 35 empleados que divulgaran los datos de pago por género. Los investigadores analizaron qué sucedió con los salarios entre 2003 y 2008, antes y después de que la ley entrara en vigor. También analizaron el pago en empresas que no tenían que cumplir con la ley.
Las mujeres obtuvieron mayores aumentos salariales en las empresas que debían informar sobre datos salariales. Los hombres en esas empresas también obtuvieron aumentos, pero más pequeños. Los investigadores encontraron que el efecto general fue una reducción del 7 por ciento en la desigualdad salarial de género.
“Por primera vez, podemos documentar que la transparencia salarial realmente funciona”, escribió en una declaración el profesor de economía de INSEAD, Morten Bennedsen.
La discriminación salarial basada en el género es ilegal en la mayoría de los países industrializados, pero las mujeres siguen ganando menos, de media, que los hombres. En un esfuerzo por reducir la disparidad, países como el Reino Unido e Islandia han obligado a las compañías a publicar información sobre lo que ganan sus empleadas frente a los compañeros varones.
En Estados Unidos, donde el presidente Donald Trump rescindió una norma de transparencia salarial de la era Obama antes de que entrara en vigor, las compañías que voluntariamente avanzan hacia una mayor transparencia a menudo informan que encuentran y corrigen desigualdades salariales.
Los resultados de este estudio, agregó Bennedsen, suben el listón para los responsables de política y los líderes empresariales. “En este punto, en realidad solo es cuestión de si los políticos realmente tienen la voluntad de hacer algo respecto a la brecha salarial entre hombres y mujeres”, escribió.