El Parlamento de Venezuela, controlado por la oposición, dijo el miércoles que la actividad económica cayó un 29,8% en tasa interanual en el tercer trimestre de 2018, profundizando una recesión que está en su quinto año.
La Asamblea Nacional desde hace dos años realiza la medición de la inflación y de la actividad económica ante la ausencia de cifras del Banco Central de Venezuela, que desde 2015 no ha publicado la información de precios, del producto bruto interno (PBI) y de balanza de pagos. Por el retraso en la entrega de datos del año pasado, el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha presionado a las autoridades venezolanas para su presentación.
Según datos preliminares del emisor, la economía del país de la OPEP decreció un 16,6% en 2017, dijeron fuentes a Reuters la semana pasada. El país petrolero sufre, además de la recesión, una hiperinflación que ha afectado los ingresos de los ciudadanos y ha llevado a la salida de unos 3 millones de venezolanos hacia otros países, según los datos de Naciones Unidas.
“La hiperinflación, la caída de la producción petrolera y la falta de confianza en el modelo económico son las razones que explican el desastroso comportamiento de la actividad económica”, dijo el diputado opositor, Ángel Alvarado.
El parlamentario agregó que el retroceso entre 2018 y 2013 ha sido de un 53%. “Una de las más profundas depresiones económicas”.
El presidente Nicolás Maduro culpa de la crisis a la “guerra económica” de empresarios y Estados Unidos, pero diputados y economistas señalan que la prolongada crisis se debe al modelo de controles impuesto por el gobierno.
Este mes Conindustria, la organización que agrupa a las principales industrias del país, informó que de 3.200 empresas asociadas dejaron de operar 700 por el deterioro de la economía.