Álvaro Merino Reyna fue nombrado gerente general de IBM Perú en enero. En esta misma empresa, inició su carrera profesional en 1988, cuando todavía era un estudiante universitario. No se avergüenza de admitir que está enamorado de esta compañía, pese a que no siempre trabajó en ella. Hoy, al frente de la firma que lo vio nacer, comparte algunas de las experiencias más valiosas que ha vivido en su etapa profesional.
Tiene 28 años en IBM. ¿Cómo empezó en esta firma? Comencé como empleado en el centro de cómputo en 1988, y me contrataron aún siendo estudiante.
¿Qué le llamó la atención de IBM en ese momento?Era una oportunidad única. Estudiando en la Universidad de Lima, el centro de cómputo tenía muchas cosas de IBM; es una compañía muy reconocida. En ese momento, el país no atravesaba por la mejor época, y no había muchas empresas multinacionales. Había gente que estudiaba conmigo y trabajaba en IBM, uno de ellos me dijo que había una oportunidad. Presenté mi CV, pasé por las entrevistas y nunca más la dejé.
¿En esa época la contratación era un proceso largo? Tuve que dar varios exámenes y seis entrevistas. Mi proceso duró cerca de un mes y medio.
¿Y ahora que se reintegró tuvo que pasar por el mismo proceso?Ya no. Por suerte tenía una carrera intachable. Además, las personas que me recontrataron habían trabajado conmigo en distintas etapas de la vida. Y yo, a pesar de no estar en la empresa, siempre fui un buen amigo de IBM y mantuve contacto con mucha gente. En la primera etapa trabajé 15 años en la firma y me tocó un poco de todo. Trabajar para el Perú, Latinoamérica, la región andina.
¿Cómo evalúa la movilidad laboral, que ahora es más frecuente?La oferta laboral es inmensa y a los ‘millennials’ les pican los pies, están siempre agitados viendo qué otras posibilidades hay. Pero la realidad es que IBM es una compañía que tiene cosas espectaculares que ofrecer a un profesional. A mí me enamoró y diría que nunca me dejó de enamorar. A pesar de que me fui de IBM, por un tema muy específico de una oferta superinteresante, para mí siempre fue mi casa. IBM es una compañía que te enamora y te atrapa. Es increíble encontrar una compañía que en su historia ha tenido cuatro premios Nobel.
¿Qué es lo que más le gusta de IBM?La estrategia, la cantidad de veces que se ha reinventado. Mi día perfecto es un día en el que tengo 50% del tiempo dedicado al ajetreo del día a día, la adrenalina del negocio, la venta, el cliente, el problema, la solución. El otro 50% lo puedo dedicar a temas estratégicos, a ver cómo hacemos para evolucionar, para meternos en un nuevo mercado. Es una mezcla de 50% adrenalina y 50% pensar en la transformación y estrategia.
¿Cuántos días ideales tiene en el mes?Ninguno. Hay días más tranquilos, otros más complicados. Hay días en que la agenda está llena y uno no tiene tiempo ni de hablar con la familia. Hay días que ni puedo hablar con mi mamá. Hay días que son de locos porque son muy agitados. Pero al final del día me queda esa sensación de logro.
¿Cómo consigue tener un balance profesional y personal?En estos días, solo me queda el fin de semana, pero típicamente, temprano en la mañana, me levanto y juego golf. Me puedo levantar a las 5:45 y a las 6:15 estoy pegando el primer golpe. En hora y media se hacen los nueve hoyos para empezar el día tranquilo. También juego tenis y estoy empezando a nadar nuevamente. Uso mis mañanas para eso.
De su última gestión en Colombia, ¿qué cree que sus colaboradores recuerdan de usted? Creo que lo que la gente valora de un jefe o líder es la preocupación de ese líder por el bienestar. Una compañía como esta no es una empresa de caridad, hay que dar resultados, hay que ser duro con la gente, a veces hay que trabajar horas extras y hay que pedirlo, pero creo que la gente aprecia mucho que siempre sea de manera humana.
El líder debe preocuparse por la familia de sus trabajadores, qué otras cosas hacen, debe haber una relación personal, donde vayan a almorzar juntos, eso es algo que los colaboradores aprecian. Yo no concibo al líder explotador, tiene que preocuparse por la carrera de las personas. Si veo que mi jefe está preocupado por mí, por mi carrera, por mi persona, por mi bienestar y salud, voy a dar la milla extra, no solo por la compañía, sino también por esa persona. La combinación de un buen empleador y un buen jefe es la ideal, creo que lo practico todos los días de mi vida.
¿Podría poner un ejemplo?Hasta hoy sigo llamando a toda la gente que trabajaba para mí en Colombia. Tengo sus cumpleaños anotados en mi agenda. Trato de saber un poco de la vida de los que trabajan conmigo, les pregunto por sus esposas y sus hijos. Las compañías tienen que ser humanas, sobre todo en el mundo tan rápido en el que vivimos. Creo que una empresa que no sea humana va a perder a sus empleados. Es responsabilidad de los ejecutivos de la compañía trasladar esa actitud, o esa filosofía a las acciones.
¿Cómo lograr una carrera tan internacional como la de usted?Todos nosotros como profesionales tenemos habilidades y áreas de mejora. Lo que uno tiene que hacer es reforzar sus capacidades. En una etapa inicial fui una esponja que absorbía todo lo que me decían, y en la medida de lo posible iba incorporándolo cada vez más a mi forma de actuar. Me he preocupado mucho por algunos de los valores principales que tiene la compañía: el trabajo en equipo, la pasión por el negocio, el ser un agente de cambio.
¿Qué es un agente de cambio?Se trata de una persona dispuesta a retar el statu quo, dispuesta a hacer sacrificios en la comodidad de mantenerse como está, en la zona de confort, una persona dispuesta a asumir retos y riesgos calculados. Siempre busco eso. Lo único que he hecho es utilizar mi criterio para ver cómo puedo aportar a la compañía en términos de mejores resultados, de negocios, gente, clientes. A mí me llama un cliente y lo dejo todo, mi jefe es el cliente. Creo que uno nunca debe olvidar la importancia de ser gente y persona y comportarse de la manera correcta. El trabajo en equipo, la actitud positiva es algo que no debemos olvidar. Hay algo que le digo a todo el mundo: ganar una discusión a veces solo te hace ganar la discusión, y son tantas las cosas que pierdes. Mucha gente no tiene una carrera porque nunca aprendió qué discutir, cómo discutir y cuándo discutir; y a veces esa es la mayor de las perdiciones.
¿Hay algún líder que tenga como referencia en su vida profesional?Siempre hay líderes en la historia de IBM. Para mí, el más grande de todos es Louis V. Gerstner Jr., quien fue CEO de IBM; para mí él es un modelo. Pero creo que hay muchos libros en la vida que a uno lo marcan. A mí me marcó “Las 22 leyes inmutables del márketing”. Es un libro sencillo, con 22 leyes básicas no solo para el márketing de las empresas, sino para el márketing personal.