Instituto Peruano de Economía (IPE)
En los últimos 20 años, la política de integración comercial del Perú ha propiciado la firma de múltiples tratados de libre comercio (TLC). Estos acuerdos han eliminado la mayor parte de aranceles con los socios comerciales más importantes, pero a la vez han dejado en evidencia la importancia de las barreras paraarancelarias para ciertos tipos de exportaciones peruanas.
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Como se sabe, las barreras paraarancelarias o no arancelarias son las medidas legales o normativas que dificultan el ingreso de un producto a determinado mercado. Estas barreras tienen diferentes formas, desde requerimientos de control de calidad como medidas sanitarias y fitosanitarias, hasta la imposición de cuotas de importación, reglas de competencia y subsidios.
Muchas veces ocurre que, a pesar de que un producto está gravado con arancel cero, el intercambio comercial no se efectúa debido a que las medidas paraarancelarias son altamente restrictivas. Además, aun cuando en los mismos TLC se consignan mecanismos para tratar estas barreras de manera puntual, la falta de recursos o interés político por alguna de las partes limita su efectividad. En el contexto de integración económica promovido en la reciente cumbre del APEC celebrada en el país, este tema cobra especial relevancia.
En el caso del Perú, es de especial interés el levantamiento efectivo de las barreras sanitarias y fitosanitarias, puesto que los productos agropecuarios ocupan el segundo lugar en importancia en la canasta exportadora. En el 2015, las exportaciones agropecuarias sumaron aproximadamente US$4.400 millones, lo que representa cerca de la tercera parte de las exportaciones del país, excluyendo a los productos mineros.
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NO SOLO ARANCELESEl Perú mantiene acuerdos comerciales con China (vigente desde el 2010) y Japón (vigente desde el 2012) en los que, por ejemplo, la palta Hass recibió un trato arancelario preferencial. Sin embargo, en los años siguientes las exportaciones de dicho producto se mantuvieron inalteradas. Esto se debió a que las entidades sanitarias de ambos países –la Administración General de Supervisión de Calidad, Inspección y Cuarentena (AQSIQ) de China y el Ministerio de Agricultura, Silvicultura y Pesca (MAFF) de Japón– restringían los envíos peruanos ante la posibilidad de que estos pudieran contener plagas.
Recién en el 2015, luego de varios años de ardua negociación entre el Senasa y la AQSIQ y el MAFF, se firmaron los protocolos fitosanitarios que establecieron los criterios que debían seguir los productores locales para lograr exportar sus productos con éxito. Así, el monto de las exportaciones de palta Hass hacia ambos destinos a setiembre del 2016 asciende a US$6,9 millones, más de 14 veces el valor total exportado entre el 2000 y el 2015. Claramente, el levantamiento de las medidas paraarancelarias impulsó las exportaciones que el tratamiento arancelario preferencial del TLC no pudo lograr por sí solo.
Actualmente, el Perú cuenta con 20 acuerdos comerciales vigentes, cuatro están por entrar en vigencia y otros cuatro se encuentran en fase de negociación. Muchos de estos acuerdos comerciales ya permiten el ingreso arancelario preferente de los principales productos agropecuarios de exportación. Sin embargo, a la fecha, solo se tienen protocolos fitosanitarios firmados para ocho productos con seis países. En el caso del cacao y la uva para Japón, por ejemplo, aún no se firma el protocolo de ingreso a pesar de que ambos productos tienen un enorme potencial en ese mercado.
En general, muchos de los procedimientos y estudios necesarios para demostrar que la calidad de los productos nacionales cumple las regulaciones particulares de cada mercado tardan años. En el caso del protocolo Perú-China de la palta Hass, el proceso demoró siete años, según el ex ministro de Agricultura Juan Manuel Benites. La erradicación o control de ciertas plagas, como la mosca de la fruta –que ataca frutas y hortalizas–, merece especial atención.
El potencial agropecuario de exportación es enorme. En los últimos 15 años, el valor de las exportaciones de estos productos creció a un ritmo promedio anual de 17,4%. Actualmente, el Perú es el líder mundial en la exportación de espárragos y quinua, segundo en palta Hass, quinto en uvas y sexto en mangos. La única manera de sacar provecho pleno a los acuerdos comerciales suscritos es haciendo un esfuerzo político y técnico desde Senasa, Mincetur y Prom-Perú para levantar todas las barreras –arancelarias o no– que siguen impidiendo el ingreso de los productos nacionales.