El precio del petróleo vuelve a subir, y la inversión internacional en hidrocarburos se recupera, en concordancia. Para este año se espera, efectivamente, un crecimiento de 5% en los flujos de capital orientados a proyectos de exploración y explotación de petróleo y gas en todo el mundo.
Perú, sin embargo, no forma parte de dicha estadística.
“La industria petrolera peruana atraviesa una tormenta perfecta”, remarca Pablo de la Flor, gerente general de la SNMPE.
La borrasca a la que se refiere De la Flor es el producto de la convergencia de varios factores negativos, entre los que destacan la crisis del upstream (exploración y explotación) y la falta de voluntad política del Gobierno para enmendar esta situación.
“Si queremos captar la inversión que necesitamos para revertir esta crisis (manifestada en el derrumbe de la producción y las reservas de crudo) necesitamos reformular nuestro marco institucional”, anota el funcionario.
INDECISIÓN DEL GOBIERNODe la Flor indica que, para ello, existe una propuesta formulada por el Ejecutivo, cuya aprobación se viene dilatando innecesariamente en el Congreso, debido a observaciones surgidas en el mismo seno del Gobierno.
Se trata del proyecto de la nueva ley orgánica de hidrocarburos (LOH), que acaba de ser objetado por el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), debido a su presumible efecto negativo en la recaudación futura de las regalías petroleras.
Una apreciación que es rebatida por la SNMPE.
“Si se aprueba la nueva LOH, la producción petrolera podría alcanzar 114.000 barriles por día (bpd) en los próximos cinco años, lo que llevaría a que el aporte al Estado, bajo el esquema de regalías propuesto, ascienda a US$ 1,800 millones”, apunta la SNMPE.
Esto representa un incremento de más de 100% respecto a la producción de crudo y la recaudación de regalías, que anotaron 50.000 bpd y US$800 millones, respectivamente, en el 2017.
OTRO DESAFÍOLas idas y venidas del Gobierno en su apoyo a la aprobación de la nueva LOH configuran el desafío más grave que enfrenta el sector. Pero hay otros temas que también merecen atención.
Según De la Flor, otro riesgo a tener en cuenta es el desfase del Fondo de Estabilización de Precios al Consumidor (FEPC), mecanismo orientado a evitar que la alta volatilidad de los precios del petróleo y sus derivados se traslade a los consumidores.
“El FEPC se ha convertido en un subsidio, pues las bandas no se ajustan con suficiente velocidad y magnitud (...) Como consecuencia, el fondo ha acumulado una deuda con los productores e importadores que excede los S/1.000 millones”, anota el funcionario.
Para solucionar este problema, la SNMPE propone establecer un nuevo esquema para que las bandas de precios se muevan con mayor frecuencia y magnitud y añadir una nueva fuente de financiamiento, entre otras iniciativas.