Promover la competencia y evitar las distorsiones del mercado. Ese es el objetivo que persigue la mesa de trabajo del Congreso que inició, en la Comisión de Economía, un debate nacional sobre las fusiones y adquisiciones.
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“Hemos invitado a consultores, especialistas de diversas tendencias. Llegamos con actitud de escuchar a las partes y poder saber hacia donde se puede legislar, nosotros aspiramos a una legislación consensuada”, señaló Jorge del Castillo, presidente de la mesa de trabajo, en conversación con El Comercio luego de instalar la mesa.
¿POR QUÉ HABLAR DE CONTROL? En el mundo, casi todos los sistemas de leyes de derecho de competencia prevén el control de fusiones, para evitar que las compañías se unan con el fin de eliminar la competencia entre ellas. Así lo afirmó Pedro Caro de Sousa, experto en competencia de la Dirección de Asuntos Financieros y Empresariales de la OCDE.
“Las fusiones anticompetitivas tienen efectos similares a los acuerdos de no competencia o a los abusos monopolistas de poder. Esto incluye tener precios más altos, reducción de la innovación y la exclusión de otros competidores en el mercado. El control de las fusiones busca evitar que esto ocurra”, explica, no sin antes precisar que las fusiones son, usualmente, pro-competitivas.
Ya que el Perú busca ingresar a la OCDE, el especialista expresó que nuestro país debería tener un régimen de competencia operativo que incluya el control de fusiones y sea debidamente aplicado.
Sin embargo, en algunos sectores consideran innecesario ese tipo de control. Como destacó previamente el economista Iván Alonso, la entidad encargada de aprobar las fusiones y adquisiciones, que según un proyecto de ley sería la Comisión de Libre Competencia (CLC) de Indecopi, no “va a disponer de información tan precisa sobre participaciones de mercado”.
Por su parte, Enrique Oliveros, Socio Líder de Transacciones y Finanzas Corporativas de EY Perú, pidió no politizar el tema, y agregó que el reto que tiene el Perú es definir cómo medir la participación significativa. “No hay una respuesta sencilla y dependerá de las características de cada mercado”, precisó.
En esa línea, expresó que muchos países están cuestionando si es efectivo el mecanismo de control previo, ya que sólo una pequeña cantidad sufre alguna observación.”3 a 4 transacciones de cada 100 son observadas o aprobadas con observaciones”.
John Kirkwood, experto en regulación antimonopolio de la Universidad de Seattle, agregó que “el control previo a la fusión no siempre es exacto o suficientemente agresivo”.
EL IMPACTO EN EL CONSUMIDOREl 2015 la editorial afiliada al Instituto Tecnológico de Massachusetts, MIT Press, publicó el libro “Mergers, Merger Control, and Remedies in the United States: A Retrospective Analysis”. Conversamos con su autor, el economista John Kwoka, quien analizó todos los estudios pos-fusión que se dieron en Estados Unidos entre 1976 y 2006.
“De las fusiones analizadas en todas las retrospectivas en mi base de datos, cerca del 80% resultaron en un aumento de precios (del producto de la empresa). Este fue el resultado de algunas instancias en las que aquí, en EE.UU, algunas agencias de competencia habilitaron la aprobación de fusiones y en otros casos, en los que emplearon distintos tipos de recursos”, señaló.
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En su estudio encontró también que en más del 60% de casos los precios se elevaron en casi 9%; y que en los estudios retrospectivos estudiados el precio nivel de un producto se incrementó, en promedio, en 5,42%. Cabe resaltar que sólo analizó un tipo de fusión: las fusiones horizontales.
De otro lado, Oliveros destacó que las fusiones o adquisiciones pueden ser positivas para el consumidor. Ejemplo de ello sería el sector microfinanciero, que ofrecen a los antiguos clientes de las empresas adquiridas una mayor variedad de productos y más canales de atención o puntos de venta. ”El reto es que las sinergias que resultan de la transacción, usualmente ahorros, se trasladen en parte a los clientes”, finalizó.