Caldwell Partner es una firma que desde hace más de 40 años se dedica a buscar directores, gerentes y altos ejecutivos para empresas que operan a nivel local, regional y mundial. A la fecha han realizado más de 5.000 búsquedas sólo en Latinoamérica. El Comercio conversó con Eduardo Antunovic, jefe regional de Latinoamérica, sobre las pautas que debería seguir una persona para lograr una carrera ejecutiva.
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Una de las primeras cosas que Antunovic sostiene es que las empresas no buscan personas con doctorados. “Nadie contrata doctores. Es una pérdida de tiempo y dinero. La formación de un doctor es una formación en investigación, y las compañías no necesitan gente que haga investigación”, indica, mientras aclara que esta especialización si podría ser necesaria en caso de empresas farmacéuticas.
Con frecuencia las personas que acceden a trabajar en empresas están relacionadas a carreras cercanas al mundo de los negocios, como economía, administración e ingeniería. Además, el líder de Caldwell Partner afirma que las empresas valoran mucho que una persona tenga una Maestría en Administración de Negocios (MBA por sus siglas en ingles).
“Un MBA en un Ivy League— un termino que se usa para definir las mejores universidades de negocios del mundo—, no vale lo mismo que un MBA en cualquier otra universidad. Si tu fuiste a Stanford, Columbus, Harvard , esas son Ivy League y son como un sello de calidad. Las empresas lo saben”, explica.
En segundo lugar sostiene que el primer trabajo es sumamente importante, y que debería ser en una empresa que sea reconocida por sus procesos, su éxito. “Que se preocupen al comienzo de su carrera de ir a lugares donde puedan aprender”, agrega. Lo siguiente partiría de preocuparse por aprender inglés y tener conocimientos de las nuevas tecnologías.
“En el mundo ejecutivo necesitas un barniz de tecnología, saber qué existe y qué se puede hacer con eso”, subraya, tras indicar que es importante saber que tecnologías como analytics existen, o el concepto de Big data, por ejemplo.
Por último señala que las empresas valoran no solo el perfil profesional, y la experiencia laboral, sino que el candidato tenga liderazgo, que sea capaz de compartir una visión, de dirigir a las personas hacía un objetivo, hacer transformaciones.
Para ser capaz de lograr eso la experiencia laboral es necesaria, pero no aquella que dura periodos cortos, sino aquella que haya aportado a la empresa, que haya enfrentado riesgos. “Si no tienes fracaso es que no te arriesgaste, no hubo riesgo y no hubo nada complejo que aprender. Y lo que es peor, cuando lleguen a posiciones de liderazgos más altos no vas a saber como reaccionar”, expresa.