(Bloomberg).- Los peruanos sienten algo especial por el sol. Su primera moneda, creada a mediados del siglo XIX, fue el sol, a la que le siguió el sol de oro y luego, en 1985, el inti (el término indígena para –por supuesto- el sol). Cuando la hiperinflación hizo desaparecer el valor del inti unos años más tarde, llegó la hora de otro sol. Se lo llamó nuevo sol, como si quisiera decirse “no hay que confundir este nuevo sol con todos esos soles viejos”.Follow @PortafolioECpe !function(d,s,id){var js,fjs=d.getElementsByTagName(s)[0],p=/^http:/.test(d.location)?'http':'https';if(!d.getElementById(id)){js=d.createElement(s);js.id=id;js.src=p+'://platform.twitter.com/widgets.js';fjs.parentNode.insertBefore(js,fjs);}}(document, 'script', 'twitter-wjs');
Veinticuatro años después, sin embargo, ese sol ya ha dejado de ser nuevo. Es por eso que, en lo que esta vez es un símbolo del gran éxito del país en lo relativo a controlar la inflación y mantener el poder adquisitivo de la moneda, las autoridades han decidido cambiarle el nombre una vez más.
El Congreso aprobó el mes pasado una ley por la que se elimina oficialmente la palabra “nuevo” y la moneda pasa a llamarse sol a secas. El presidente Ollanta Humala firmó el cambio durante el fin de semana.
“Es absurdo seguir llamándolo nuevo”, dijo Víctor Andrés García Belaúnde, un congresista impulsó la iniciativa. “Luego de casi 25 años, le queda poco o nada de nuevo”.
Otros países que con los años se vieron obligados a rebautizar sus monedas con la palabra “nuevo” tardaron mucho menos en eliminar el término una vez que se estabilizó la economía.
Tres años después de la creación del nuevo peso en 1993, México eliminó la primera palabra. El nuevo franco francés, por su parte, se transformó en el franco poco después de su revaluación en 1960. Perú, sin embargo, se aferró al nombre completo hasta mucho después de que la inflación pasara de 7.650% anual a menos de 5%. Ningún gran país de América Latina ha tenido una inflación más baja en los últimos 15 años.
Reemplazo del efectivoLa reverencia de los peruanos por el sol data de siglos. En la época de los incas, que dirigían su extenso imperio sudamericano desde las cumbres andinas, el sol era considerado la máxima deidad. Una vez que el país obtuvo la independencia de España años más tarde, las primeras monedas de sol que se acuñaron presentaban la imagen de un sol radiante, un símbolo que también eligieron en un primer momento los vecinos Bolivia y Argentina, según Manuel Villa-García, un ex presidente de la Sociedad Numismática de Perú.
En la actualidad, nadie llama nuevo sol a la moneda. (Bloomberg News no se refiere a la moneda con esa denominación desde hace años). Para la mayor parte de los peruanos, es simplemente el sol. En el plano formal, sin embargo, eliminar esa palabra podría no ser tan simple como parece. En primer lugar, el gobierno tendrá que reemplazar 38.000 millones de soles (US$11.000 millones) de efectivo en la economía para reflejar el cambio. A los efectos de dividir el costo en varios años, se reemplazará una parte de los billetes y monedas cada vez, dijo García Belaúnde.
Ese cambio gradual podría generar confusión en un país donde abundan las falsificaciones, dijo Dennis Rider Owen, que opera una casa de cambio en Lima.“El peruano común y corriente no entenderá que hay dos tipos de billetes de sol”, dijo. “¿Para qué tomarse el trabajo de eliminar una palabra que, de todos modos, la mayor parte de la gente no usa?”.
La respuesta, dijo García Belaúnde, es que reducirá los problemas contables y legales. Es habitual que los contratos se redacten utilizando el nombre informal en lugar del oficial, lo que invalida los documentos, dijo. Alexandra Quincot, una abogada del distrito financiero de Lima, se ha visto ante ese problema muchas veces. Apoya el cambio. “La actualización tiene sentido”, dijo.