Pocos dudan el papel crucial de la infraestructura en el éxito económico contemporáneo de los países. La existencia de buenas carreteras, electricidad confiable, excelentes conexiones marítimas y aéreas, y una omnipresente oferta de servicio de internet, es parte esencial de la receta para la prosperidad nacional.Follow @PortafolioECpe !function(d,s,id){var js,fjs=d.getElementsByTagName(s)[0],p=/^http:/.test(d.location)?'http':'https';if(!d.getElementById(id)){js=d.createElement(s);js.id=id;js.src=p+'://platform.twitter.com/widgets.js';fjs.parentNode.insertBefore(js,fjs);}}(document, 'script', 'twitter-wjs');
Y en la carrera por establecer las mejores condiciones de infraestructura, la ventaja es cada vez más clara para Asia.
Así lo determina un estudio comparativo llevado a cabo por el Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés), que le otorga a Asia cuatro de los cinco primeros puestos en infraestructura. Hong Kong se lleva el máximo galardón.
Mientras que en América Latina, Panamá es el que lleva la delantera, pero ocupa apenas el puesto 40 a nivel mundial.
El segundo lugar es para otra ciudad asiática, en este caso Singapur, seguida en tercer lugar por Holanda, la única nación europea en los primeros cinco. El quinteto lo completan Emiratos Árabes Unidos y Japón.
La economía más poderosa del mundo, Estados Unidos, apenas ocupa el lugar número once, lo que no sorprende a los que presencian la cada vez más notoria vejez de parte de la red de infraestructura de ese país.
Alemania está en el séptimo lugar. Y Reino Unido, el país donde se originaron los ferrocarriles, apenas llega al noveno lugar.
AMÉRICA LATINA MUY ATRÁS
Pero si las naciones europeas y Estados Unidos enfrentan una caída relativa frente a sus competidores asiáticos, la condición de las naciones latinoamericanas es mucho más apremiante en términos de infraestructura.
La nación que sale mejor librada en nuestra región, Panamá, apenas ocupa el puesto 40 entre 140 naciones que hacen parte del estudio (la muestra excluye a algunos países, entre ellos a Cuba).
Chile llega al puesto 45, seguido en América Latina por Uruguay y México. En la versión del año anterior, Chile había encabezado el escalafón latinoamericano.
El estudio ubica a Venezuela en el puesto 119 en el mundo, y el penúltimo en América Latina, apenas superado por Haití.
Un indicador que sorprende para una nación que contó con décadas de bonanza petrolera y enormes obras de infraestructura como el metro de Caracas, muchos años antes que varios de sus vecinos.
Sin embargo, en el hemisferio occidental el caso más dramático es el haitiano. La nación caribeña ocupa el puesto 137 en el mundo. Solo están peor Madagascar, Guinea y Chad.
LA RECETA
El estudio del Foro Económico Mundial establece múltiples parámetros para definir la calidad de la infraestructura. Entre otros, incluye la existencia y mantenimiento adecuado de una red de carreteras y ferrocarriles, la disponibilidad de conexiones aéreas y marítimas, la calidad y extensión del sistema de electrificación.
También son importantes la prevalencia de las conexiones a internet y la disponibilidad de la telefonía móvil.
No parece claro que América Latina esté disponiéndose a cerrar en el futuro cercano la brecha que la separa del resto del mundo en cuanto a la calidad de infraestructura.
El derrumbe de los precios de sus principales exportaciones ha hecho que los gobiernos de la región, casi sin excepción, entren en un agudo periódo de austeridad.
La devaluación y el aumento de las tasas de interés ha vuelto más caro endeudarse en dólares para financiar nuevos proyectos como carreteras y aeropuertos.
¿Y el sector privado? En décadas anteriores se pensó que el capital empresarial supliría en la región la incapacidad del Estado para adelantar todas esas obras.
Una creencia que hoy en día se ve muy moderada, como aseguraba en junio pasado a BBC Mundo Eric Lancelot, experto en transporte del Banco Mundial.
“Definitivamente el sector privado seguirá jugando un papel clave en el desarrollo de la infraestructura pero hay que tener prudencia frente al espejismo de que el sector privado va a resolver todos los problemas”, aseguraba entonces el funcionario.
Por lo que resulta predecible que en años venideros, no aparezcan nombres latinoamericanos en los primeros escaños de este envidiado escalafón de naciones con infraestructura de primera.