El presidente de la petrolera estatal peruana, Petro-Perú, Carlos Paredes, afirmó que el Oleoducto Norperuano le genera a la entidad una pérdida de US$100 millones.
Para el presidente de Petro-Perú, la situación del sector petrolero peruano ha llegado al punto tal que el país debe preguntarse si quiere o no tener actividad petrolera.
“Si la respuesta es sí, entonces hay que renegociar condiciones para los inversionistas; y si es no, entonces hay que tomar las acciones que correspondan, pues la inactividad le está costando al país miles de dólares diarios”, sostuvo en el foro “Perú: Gestión Pública e Infraestructura” que organiza El Comercio y El Dorado Investment.
Desde hace casi una década, el oleoducto sufre actos de sabotaje que generan daños ambientales que se deben remediar; además de que sufre por la cada vez menor producción petrolera del país que hacen cuestionar su viabilidad.
Paredes agregó que el alto costo logístico y operacional, las leyes ambientales, los excesivos trámites, y la inseguridad han terminado por reducir al mínimo la nueva inversión en esta actividad.
REFINERÍA
La tubería petrolera no es el único activo polémico de Petroperú. La estatal peruana invierte actualmente US$5.000 millones en la modernización de la construcción de una nueva refinería de Talara.
Al respecto, Paredes defendió el proyecto justificando que su tasa interna de retorno es de dos dígitos (la rentabilidad que va a generar), siendo la mayor entre los proyectos de inversión pública.
Agregó que, financieramente, terminar la construcción de ese proyecto es mejor que abandonarlo.