Este viernes, el presidente de la República, Martín Vizcarra, suscribió en Cusco el contrato para dar inicio al movimiento de tierras en lo que será el aeropuerto internacional de Chinchero. Anunció, asimismo, que este proceso tomará nueve meses y que para el primer trimestre del 2019, se elegirá a un país interesado para encargarse de la construcción del resto del aeropuerto.
“Nosotros creemos que se podría construir en tres años. Queremos que al 2021, año del bicentenario, se pueda tener terminado”, señaló el jefe de Estado.
El Comercio conversó con Patricia Benavente, ex presidenta de Ositran, sobre los plazos planteados por el Presidente Vizcarra. Para la especialista, no se desprende cuál es la sustentación técnica para que se dé una reducción en la ejecución de casi la mitad del tiempo planteado inicialmente.
“No parece haber consistencia entre el tiempo que estaba en el expediente que aprobó el MTC cuando Kuntur Wasi iba a hacer la obra, donde se precisó que el periodo de ejecución tomaría cinco años, y el tiempo que ahora el Gobierno dice que va a tomar (tres años). Es un poco raro que dure menos de la mitad del tiempo el movimiento de tierras y sería bueno que expliquen cómo han hecho para que esto se reduzca”, señaló Benavente.
Para la ex funcionaria de Ositran, lo último que debería ocurrir en un proyecto como Chinchero, que ha estado “lleno de idas y venidas” tras la resolución del contrato con el concesionario Kuntur Wasi y el arbitraje que solicitó la empresa ante el Ciadi, es que por “apuros o apremios políticos” se cometan errores que luego el Estado deba asumir y que generen mayores retrasos en la importante obra.
“Es válido preguntarse por qué tanto apuro. Está claro que es una necesidad de todo el Perú que el aeropuerto de Cusco, Velasco Astete, tenga una alternativa. Eso está fuera de discusión. El punto es que se han cometido demasiados errores y que no nos podemos dar el lujo de cometer más hacía adelante. (...) No hay que perder la vista, además, que tenemos un problema ante el Ciadi y que muy difícilmente vamos a poder ganar ese caso por la adenda que se suscribió”, dijo la especialista.
En el caso de la solicitud de arbitraje que realizó Kuntur Wasi ante el Ciadi en contra del Perú, Benavente opinó que existen serias deficiencias con la adenda que suscribió el Estado -a la cual ella se opuso mientras era presidenta de Ositran- y, por ello, comentó que será “muy difícil, por no decir remoto, que se pueda ganar el caso”.
La especialista recordó que votó en contra de la adenda al contrato del aeropuerto de Chinchero con Kuntur Wasi en el 2017 -a pesar de que Ositran emitió una opinión favorable del proyecto-, y luego renunció al cargo.
“Mi posición es que el contrato original no era el mejor. Me ratifico en que la adenda fue un grave error; le trasladó sin justificación todos los riesgos al Estado y lo que hizo fue facilitarle la ejecución a una empresa con graves falencias financieras”, precisó Benavente, refiriéndose los problemas financieros que tenía uno de los dos socios del consorcio, Andino Investment Holding (AIH).
LA MODALIDAD DE EJECUCIÓNSegún Benavente, en el caso del aeropuerto de Chinchero el tema de fondo será la modalidad bajo la cual se realizará la obra: de gobierno a gobierno. Con este tipo de acuerdo, por ejemplo, se concretó la ejecución de obras para los Juegos Panamericanos de Lima 2019 con el gobierno del Reino Unido.
“Esto es un tema crítico porque en una APP (asociación público privada) el mismo que hace movimiento de tierras es el que construye, opera y asume todos los riesgos de diseño, construcción, operación y mantenimiento. Pero en este escenario, el proceso que estaba concatenado ahora será repartido entre diversas empresas”, mencionó Benavente.
A raíz de esto, Benavente resaló la importancia de que el Gobierno explique cómo va a hacer la asignación de los riesgos y cuánto le va a costar al Estado asumir los riesgos por la modalidad; pues en esta no existe una asignación de riesgos exacta a quienes ejecuten las obras.
“Es fundamental que se den la oportunidad de asignar adecuadamente los riesgos y de pensar en el largo plazo para cuando ellos ya no estén. Si con el concesionario de una APP se rajaba la pista, por ejemplo, tú como Estado te lavas las manos y la responsabilidad es de ellos. Ahora, si el movimiento de tierras (a cargo de la empresa Altesa), parte fundamental del proceso, está mal, el gobierno que asuma la construcción de la obra te va a decir que no va a construir la plataforma y pistas en una zona mal nivelada, y será responsabilidad del Estado arreglarlo”, subrayó.
Finalmente, Benavente remarcó que el Gobierno también debe explicar en qué quedo el contrato que firmó el MTC con la Organización de Aviación Civil ( OACI) de la ONU, que iba a brindar asesoría técnica a la ejecución del proyecto del nuevo terminal aéreo de Chinchero en Cusco.