En conversación con El Comercio, José Carlos Saavedra, Director de Análisis Macroeconómico de Apoyo Consultoría, precisó que las proyecciones económicas de cara al 2017 se aprecian “ligeramente optimistas” para el Perú. No obstante, apuntó que será clave que el gobierno cuide los proyectos de infraestructura y las expectativas empresariales.Follow @EconomiaECpe !function(d,s,id){var js,fjs=d.getElementsByTagName(s)[0],p=/^http:/.test(d.location)?'http':'https';if(!d.getElementById(id)){js=d.createElement(s);js.id=id;js.src=p+'://platform.twitter.com/widgets.js';fjs.parentNode.insertBefore(js,fjs);}}(document, 'script', 'twitter-wjs');
–¿La economía crecerá en el 2017 al ritmo que proyecta el gobierno?Ojalá se cumplan, pero tienen un sesgo ligeramente optimista, sobre todo porque ambas proyecciones suponen una recuperación muy rápida de la inversión, tanto pública como privada.
Es cierto que hay proyectos de infraestructura importantes y que se está avanzando bien en el destrabe de algunos, pero también es cierto que siempre hay imprevistos y demoras. Además, lo más probable es que la inversión minera caiga nuevamente el próximo año.
Y finalmente, el grueso de la inversión total –que es diversificada en sectores como la industria, los servicios y el comercio– depende mucho de la confianza empresarial, y ésta aún no despega lo suficiente como para anticipar una recuperación marcada de este segmento de la inversión. Por todo ello, lo más razonable es esperar una recuperación más gradual de la inversión y de la economía en general.
–¿Cuál es el factor y/o sector que más debería impulsar o cuidar el gobierno?Primero, el avance de los proyectos de infraestructura concesionados y por obra pública que están planeados para el próximo año y que el país tanto necesita.
Segundo, se debe monitorear la confianza empresarial, que determina buena parte de la inversión privada del país y de la generación de empleo formal.
Tercero, avanzar en las reformas que son necesarias para que, en el mediano plazo, en el país se siga viendo con optimismo. Sobre todo aquellas reformas que logren hacer de Perú un buen lugar para vivir y no sólo una buena plaza donde hacer negocios: la reforma política, la reforma integral del aseguramiento social (salud, pensiones y empleo) y la reforma del agua y del saneamiento.
–¿Qué factores exógenos, sobre todo entre los términos de intercambio, podrían impactar estas cifras?Varios. Si bien el entorno internacional se ve algo más amable para el Perú en el 2017 - principalmente por la mejora en los precios de los metales y el inicio de la recuperación en la región sudamericana - el panorama tiene varios riesgos. Entre ellos destaca la posibilidad de que la economía china vuelva a generar preocupación como lo hizo a inicios del 2016, que la Fed en Estados Unidos suba su tasa de interés de referencia más rápido de lo que todo el mundo espera o que existan temores de que un país de la zona euro quiera dejar el bloque (algunos hablan de Italia).
Además, aún está por verse si las malas políticas proteccionistas que prometió Donald Trump se vuelven realidad y qué influencia tendrían en otras partes del mundo. Solo el temor a estos riesgos podría afectar los precios de los metales, los flujos de capitales, depreciar el sol frente al dólar, incrementar los costos de financiamiento y generar una mayor cautela al momento de decidir inversiones.
–¿El destrabe de obras de infraestructura reactivará la economía como espera el gobierno? ¿Qué impacto podría tener el caso Odebrecht en el impulso de este sector?El destrabe y la simplificación administrativa para interactuar con el Estado, como ciudadanos y como empresas, es fundamental. El gobierno está anunciando medidas positivas en estos ámbitos, como las nuevas medidas anti barreras burocráticas a cargo del Indecopi.
El caso de Odebrecht puede ser una oportunidad para mejorar el marco institucional, de modo que impida que problemas similares vuelvan a ocurrir. Eso a la larga es lo mejor para el sector: procesos transparentes y con competencia.