A la hora de pedir un préstamo o abrir una cuenta de ahorro en el banco hemos sido advertidos de la tasa de interés que se aplicará a nuestra operación. A lo largo de la historia, esta tasa ha sido descrita como el “precio del dinero” o el “costo de oportunidad” de usar tu dinero para un fin y dejar pasar otra “oportunidad” quizá más rentable.
En la economía, las tasas toman diferentes nombres. Así, se llama tasa de interés nominal a aquella que es acordada entre un banco o acreedor y el tomador de un préstamo; además, refleja la rentabilidad ganada por el capital prestado. Este tipo de interés no tiene en cuenta el efecto de la inflación. Por el contrario, el valor de la tasa de interés real implica el rendimiento neto que ganamos por la cesión de una cantidad de dinero o capital ya que se calcula descontando a la tasa de interés nominal el efecto de la inflación.
►¿Qué es la paridad de poder adquisitivo y para qué sirve en la economía?►¿Qué es el óptimo de Pareto y cómo se interpreta en la economía del bienestar?►¿Qué es la UIT, cuál es su valor y para qué sirve?
Ambas tasas expresan la capitalización de intereses del dinero pero en el caso de la tasa real, al restar los efectos de la inflación, se dice que expresa el poder adquisitivo del dinero. La tasa de interés nominal no toma en cuenta la inflación, solo el porcentaje de interés acordado entre las partes.
Un ejemplo nos ayudará a entender mejor la interacción de este tipo de intereses en la economía.
Imaginemos que Tomás saca un préstamo de S/100 en el banco que le aplica una tasa de interés nominal del 3%, y al pasar un año la inflación en la economía fue del 2%. Tomás deberá pagar al banco S/103 y aunque la entidad bancaria haya pactado con él una tasa nominal del 3%, la tasa de interés real aplicada ha sido 1% (3%-2%).
La tasa de interés real puede definirse como ex-ante, cuando se descuenta el efecto de la inflación esperada o como ex post, cuando se usa el efecto de la inflación efectiva.
Conocer este tipo de interés es un dato muy importante ya que nos permite saber cuánto nos está cobrando un banco, una caja o cualquier entidad financiera por otorgarnos un préstamo, una hipoteca o un crédito. Inclusive nos da a conocer la rentabilidad o ganancias que nos ofrece cualquier entidad por depositar nuestros ahorros.
¿CÓMO SE USAN EN LA ECONOMÍA?Los tipos de interés son una herramienta importante para los bancos centrales a la hora aplicar una determinada política monetaria, pues estas tasas se vinculan con la inflación.
En la economía como en la vida cotidiana, la abundancia de un bien puede hacer que su valor disminuya mientras que la escasez, lo aumentará.
Una mayor tasa de interés real reduce los recursos monetarios porque, como hemos visto, por la inflación el valor del dinero no es el mismo ahora que en el futuro, mientras que un tipo de interés real menor aumenta la oferta monetaria y esto deriva en un aumento de la inflación.
Ante un escenario donde la economía muestre un fuerte crecimiento y un consumo robusto por parte de la población, la autoridad monetaria de un país buscará aplicar una política monetaria restrictiva a través de intereses reales altos para enfriar un poco la economía y quitar incentivos sobre el ritmo de expansión del crédito, por ejemplo.
Mientras que las tasas reales bajas se usarán cuando los bancos centrales quieran aplicar políticas monetarias expansivas en busca de reactivar la economía, es decir, incentivará los créditos para estimular nuevamente la actividad productiva del país.