De verde a ámbar, así cambió el semáforo en febrero para el mercado automotor y, especialmente, para el segmento de vehículos livianos (automóviles, camionetas, pick up y furgonetas, station wagons, SUV y todoterrenos) a consecuencia de la segunda ola del COVID-19, reduciendo la velocidad hacia su recuperación.
Esta industria en el acumulado del año cayó 15%, aproximadamente; mientras que solo en livianos –que mueve la aguja del sector- se lograron inmatricular 10.004 unidades en febrero, es decir, 25,6% menos que en enero (12.563 unidades), según la Asociación Automotriz del Perú (AAP).
“Este resultado es consecuencia del comportamiento del consumidor frente al aumento del número de casos del nuevo coronavirus; de las nuevas medidas restrictivas dadas por el Gobierno para contener la pandemia y de un mercado laboral que se recupera lentamente”, asegura Alberto Morisaki, gerente de Estudios Económicos del gremio automotor.
También indica que durante dicho mes, la Sunarp -que se encarga de los trámites de registro vehicular- restringió la atención al público y, además, recuerda que las marcas solo pudieron atender por los canales de venta virtual, ante el cierre de los showrooms físicos en 10 regiones, incluido Lima.
Aun con todo, afirma que el desempeño fue mejor de lo esperado, considerando las circunstancias particulares que enfrentó el comercio de vehículos nuevos, y se espera que en marzo se gane tracción y se superen ligeramente las cifras del mes pasado.
El golpe de febrero hizo que la brecha hacia la recuperación se amplié, acumulado en el primer bimestre una contracción de 17%, respecto a similar periodo de 2020, considerando que en enero la caída solo fue de 12,9%.
A nivel de categorías, pick up y SUV fueron las que sufrieron una menor contracción, 5,7% y 7,6% respectivamente, y son las que están más cerca de alcanzar las cifras de venta prepandemia.
SEGMENTO PESADO
Contrariamente al comportamiento del segmento de livianos la división de vehículos pesados (camiones, tractocamiones, minibús y omnibús) sí creció 4,8% en el primer bimestre del año (2.638 unidades inmatriculadas).
El dinamismo del segmento de pesados estuvo favorecido por la categoría de camiones (15,4%) y sobre todo por tractocamiones (62,4%); mientras que la línea de minibús y omnibús se mantuvo en rojo (45,7%), señala Morisaki.
“El buen desempeño de camiones y tractocamiones es gracias a que las diversas actividades ligadas al transporte de bienes, insumos y mercancías continuaron operando con relativa normalidad. En cambio, la restricción al transporte de personas, y la reducción de actividades que utilizan de manera intensiva este tipo de unidades (como el turismo) hizo que el nicho de minibús y omnibús no remonte”, explica.
Las ciudades del norte, como Trujillo y Piura, fueron las que mostraron un mayor crecimiento en la demanda, dentro de los cinco principales destinos de compra.