Un avión de pasajeros con 98 personas a bordo se estrelló este viernes poco después de despegar del Aeropuerto Internacional de Almaty, la ciudad más grande de Kazajistán.
La aeronave —un Fokker 100 de la compañía BekAir— se dirigía hacia Nursultán, la capital del país, cuando se precipitó contra un edificio cercano de dos plantas y una valla perimetral de concreto que forma parte del aeropuerto.
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Un reportero de la agencia Reuters que se encontraba cerca de la zona del siniestro señaló que en el momento del accidente —07:22 hora local, 01:22 GMT— había una intensa niebla, pero aún no hay una hipótesis clara y las autoridades están investigando las posibles causas.
Sea como fuere, el siniestro dejó 12 muertos y cerca de 60 heridos, algunos de los cuales están siendo atendidos en el hospital.
Y otros pasajeros lograron salir de la nave ilesos, según explicó Sarah Rainsford, corresponsal de la BBC en Moscú.
¿Cómo es posible que, tras un impacto de semejante violencia, el número de sobrevivientes sea mucho mayor que el de víctimas mortales?
Diseñados para sobrevivir
Las imágenes de cómo quedó el aparato tras el impacto son impresionantes, reconoce David Gleave, experto en seguridad de la aviación de la Universidad de Loughborough, en Reino Unido.
Pero si nos fijamos bien, “es el frente del avión el que terminó totalmente aplastado, pero la parte posterior quedó prácticamente intacta”, le dice el investigador a la BBC.
En los últimos años la ingeniería aeronáutica ha evolucionado para garantizar precisamente que un impacto no afecte a todo el avión, a lo que el experto añade que el siniestrado era un aparato robusto y fuerte de diseño occidental.
De hecho, el viceprimer ministro Roman Sklyar, informó que la mayoría de los pasajeros que murieron o resultaron gravemente heridos estaban sentados en la parte frontal del aparato.
Simon Calder, experto en viajes del programa BBC Travel Show, también insiste en la cuestión de cómo fue diseñado.
“Si bien puede sorprender que el número de los que salieron con vida sea relativamente alto, teniendo en cuenta que la nave estaba el aire viajando a más de 200 km por hora en el momento en que se estrelló, lo cierto es que los aviones están diseñados para que podamos sobrevivir”.
Para ello “se han implementado todo tipo de medidas de seguridad”, prosigue el especialista. “Por ejemplo, se ha tomado en cuenta la fuerza máxima que puede soportar un asiento en un impacto repentino”.
Varias investigaciones respaldan la afirmación de Calder.
Un estudio que revisó los accidentes aéreos ocurridos en Estados Unidos entre 1983 y 2000 observó que el 95% de los ocupantes sobrevivieron, y que en los casos más graves lo hicieron el 55%.
De la misma manera, una indagación llevada a cabo por el Consejo de Seguridad del Transporte Europeo de los siniestros a nivel mundial concluyó que la tasa de supervivencia es del 90%.
Sin embargo, aunque los aviones estén diseñados para proteger a los que lleva en el interior en caso de accidente, Calder insiste en la relevancia de que los pasajeros sigan las normas de seguridad.
“Es muy importante prestar atención a las instrucciones de seguridad, para asegurarnos de estar al tanto de cuáles son los protocolos de emergencia, dónde están las salida (...) en caso de necesitar evacuar el avión de forma segura y rápida”.
De esta manera, agrega, podremos "maximizar nuestras posibilidades (de sobrevivir) y las de los demás pasajeros".
La tasa de supervivencia del Fokker 100 de la compañía Bek Air es, según Calder, "un tributo a cómo estaba construida la aeronave y a los procedimientos de evacuación organizados por la tripulación", insiste.
23 años
Aún no hay una hipótesis clara de las causas del accidente y una comisión especial trabaja en el lugar para recabar pruebas.
Los investigadores tratarán de aclarar si se debió a un error mecánico, a condiciones climáticas o a un error humano.
"Evaluarán si se accidentó por una falla en el motor, o porque se utilizó información equivocada sobre su desempeño", le explicó a la BBC el experto en seguridad de la aviación David Gleave.
¿Y pudo tener que ver la antigüedad del avión?
Es que, el Fokker 100 siniestrado tenía 23 años.
Según Gleave, “si el avión está bien mantenido” esto no es un problema. “Puede que (el accidente) no tenga en absoluto que ver con la edad del avión. Es una aeronave de un diseño bien construido y sólido de los Países Bajos”.
BekAir fue fundada en 1999 y, en un principio, se dedicaba a vuelos VIP, según dice la propia empresa en su página web.
Hoy día, se describe a sí misma como la primera aerolínea de bajo costo de Kazajistán. Su flota está compuesta por siete aviones Fokker-100.
Este tipo de avión de pasajeros bimotor a reacción está diseñado principalmente para vuelos cortos.
Se dejaron de producir en 1997, después de que el fabricante, Fokker, entrara en bancarrota.