el carisma de eliane

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ivorciado de Susana Higuchi, Fujimori había pasado los últimos años de su gobierno sin compañera oficial. Además de una alternativa, la oposición buscaba a su próxima primera dama. En el verano del 2000, el periodista Beto Ortiz reunió a las esposas de los principales perseguidores del candidato-presidente: Ana Botteri de Andrade, Rosario Pardo de Castañeda y la desconocida antropóloga belga Eliane Karp de Toledo. La presentación –que incluyó un número de marinera de Botteri- fue rápidamente acaparada por Karp, que bailó huayno, se dirigió en quechua a los electores y demostró amplios conocimientos sobre el Perú. En las semanas siguientes, Toledo pasó del cuarto al segundo lugar en las encuestas. Más presente en la campaña del año siguiente, Karp dirigió en Huánuco un mensaje a los “blanquitos de Miraflores” que, reclamaba, difamaban a su esposo. “Escúchenme bien, limeñitos, que tanto tienen miedo al pueblo peruano: ¡mi cholo es sano y sagrado!”, exclamó. Su imagen de mujer decidida y de carácter se tornó ácida y agresiva durante el gobierno de su esposo, y la desaprobación que alcanzó entonces la mantuvo lejos de la campaña del 2011.