En los últimos 30 años, el índice de obesidad infantil en nuestro país aumentó de 3% a 19%, según una investigación realizada por el Observatorio de Nutrición y el Estudio de Sorpreso de la Salud. Asimismo, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) advirtió que el Perú se encuentra entre los países del mundo con mayor número de menores de edad que padecen de esta afección.
Comer en exceso es dañino
Muchas veces pensamos que para estar sanos, hay que comer en grandes cantidades. Sin embargo esto es totalmente contraproducente, ya que la ingesta desproporcionada de alimentos tiene como un desencadenante la obesidad. Esta enfermedad deja abierta la puerta para la aparición de otros males como el colesterol, la diabetes y la hipertensión arterial.
La obesidad se desarrolla a causa de un desequilibrio entre las calorías que una persona gasta y las calorías que consume diariamente. Posee un factor detonante que es el incremento de comidas y bebidas que poseen altos niveles de grasas trans y azúcar y, por ende, la disminución de frutas y verduras en el plato del desayuno, el almuerzo o la cena.
¿Cómo detectar la obesidad?
Hay que tener en cuenta un detalle importante: algunas personas poseen una estructura corporal más grande, ocasionando en la persona unos cuantos kilos más. Por lo tanto, no es una característica que determine al 100% que existe sobrepeso. La forma adecuada de tener una aproximación al problema, es saber si el índice de masa corporal sobrepasa a la estatura de tu hijo.
La obesidad puede desencadenar otros síntomas como fatiga, dificultad para respirar, acidez, problemas para dormir, hinchazón y calambre en las piernas. Si tu hijo está mostrando todas éstas señales de alerta, lo adecuado es visitar a un especialista para que diagnostique la raíz de la situación.
Otros factores que influyen en su aparición
Además de una mala alimentación, existen otros motivos que refuerzan la aparición de obesidad. A nivel genético, se ha comprobado que los niños con familiares que han padecido de esta enfermedad, son más propensos a desarrollarla.
La falta de ejercicio y el sedentarismo, el estrés y la ansiedad y el consumo de medicamentos como prednisona, propranolol y la paroxetina, son otros causales de la aparición de la obesidad en menores de edad.
Cómo prevenir la obesidad en niños
La prevención debe iniciar desde que los pequeños inician su relación con la comida, integrando siempre alimentos y comidas de origen 100% natural. Conforme va creciendo, formale el hábito de optar por colaciones de frutas, verduras o nueces, en lugar de snacks refinados o golosinas, igualmente, a preferir agua en lugar de bebidas azucaradas.
Mantener la actividad física influirá en su bienestar. Por lo que te recomendamos que lo inscribas desde niño en algún deporte que le guste, a fin de incentivar su buena relación con el deporte. Por último, no te olvides que es mejor predicar con el ejemplo, de modo que si toda la familia lleva un estilo de vida saludable, al menor no se le hará nada difícil acostumbrarse a ello.
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