“Los zapatos deberían tener talones de entre dos y cuatro centímetros, cinco como máximo” es la opinión de Oleg Mikheev, diputado del partido Rusia Justa, quien ha presentado una propuesta legislativa ante la Unión Aduanera -Rusia, Bielorrusia y Kazajistán- para prohibir el uso de tacos, zapatillas, balerinas y mocasines.
¿La razón? Son perjudiciales para la salud, según el texto de cinco páginas presentado por Mikheev.
“Los efectos perjudiciales de llevar tacones y zapatos planos han sido reconocidos por el mundo entero. Hay que cambiar la tendencia”, asegura el político.
Aparentemente Mikheev ha realizado un extenuante estudio, pues según los datos que maneja el diputado, el 40% de la población rusa sufre de pie plano. Algo que empeora con el uso de este tipo de calzado.
¿La consecuencia? “Mis colegas de sexo femenino no me hablan desde hace 12 horas”, dijo el diputado.